Desde su campaña para alcanzar la presidencia y ya como mandatario de EU, Donald Trump ha amenazado reiteradamente con que Estados Unidos abandonará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
A partir de que tomó posesión del cargo, la advertencia puso a temblar a los mercados.
Y aunque con el paso del tiempo los propios mercados le perdieron miedo a la misma advertencia, hoy, al inicio de la cuarta ronda de negociaciones del TLC y frente a una sesión mucho más ríspida, el nerviosismo ha crecido con fuerza.
La persistente amenaza de Trump ha hecho reaccionar incluso al poderoso círculo de las empresas más poderosas de ese país, a distintos actores políticos de alto rango y ha encendido alertas en distintos sectores industriales que potencialmente resultarían afectados con la cancelación del TLC.
Pero la pregunta fundamental es: ¿realmente Donald Trump tiene la autoridad para decidir que su país salga del TLC? La respuesta es no. Trump no puede por sí mismo hacer que Estados Unidos salga del acuerdo.
Es decir, necesitaría el apoyo de su Congreso para que se haga realidad su reiterada amenaza de abandonar el Nafta.
La Cláusula de Comercio de la Constitución dispone que el presidente es el negociador y firmante de los acuerdos comerciales, pero no es el “que decide”.
El poder para aprobar y terminar la participación estadunidense en los acuerdos comerciales se asigna al Congreso.
Contrario a lo que muchos académicos constitucionales creen, en EU el presidente no tiene la autoridad para terminar los tratados comerciales que firma el país.
Paradójicamente, en 1994 —justo el año en que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio— la Corte Suprema dijo que “la Constitución otorga expresamente al Congreso, no al presidente, el poder de regular el comercio con las naciones extranjeras”.
En consecuencia, para terminar con la participación estadunidense en el TLC, Donald Trump estaría imponiendo regulación al comercio, sin participación del Congreso.
En otras palabras, Trump incurriría en usurpación inconstitucional de los poderes otorgados al Congreso.
La puntualización sobre el tema es de Joel P. Trachtman, profesor de derecho internacional en la Facultad de Derecho y Diplomacia Fletcher de la Universidad de Tufts y experto en derecho comercial.
La argumentación legal sobre el tema la publicó en The Hill, el periódico de mayor circulación en el capitolio, en Washington.
Faltaría ver si realmente tiene el apoyo del Congreso para cumplir su palabra.
Sin embargo, ello no quiere decir que no pueda seguir asustando con el petate del muerto. Al tiempo.
marcomaresg@gmail.com
Twitter: @marco_mares