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La guerra y la política monetaria en EU

El próximo 16 de marzo tendrá lugar la reunión de la Reserva Federal sobre política monetaria, en la cual se decidirá qué hacer con la tasa de interés de referencia.

La Reserva Federal tiene enfrente una decisión bastante difícil, ya que debe conciliar dos temas; a diferencia del Banco de México, que tiene como objetivo único y principal mantener el poder de compra (controlar la inflación), el banco central de Estados Unidos tiene el doble objetivo de controlar la inflación y cuidar que crezca la economía. De esta forma, la encrucijada es que si se muestra muy agresiva subiendo las tasas de interés puede lastimar el crecimiento económico y, como comprenderá el lector, el equilibrio de la Fed en este ejercicio es de vital importancia.

Los datos duros indican que la inflación sigue subiendo, ayer se anunció que ésta había ascendido a 7.9 por ciento en febrero, desde el 7.5 por ciento que alcanzó en enero; esta cifra es la más alta registrada en Estados Unidos en los últimos 40 años. Ante este escenario —antes de que se iniciara la guerra—, algunos miembros de la junta directiva de la Reserva Federal pensaban que se debían tomar decisiones más agresivas como iniciar el proceso de alza con un incremento de 50 puntos base y elevar la tasa hasta 1 por ciento para junio; pero a raíz del estallido de la guerra y desconociendo los daños que ésta le puede causar a la economía mundial, esas posturas se han moderado.

Lo que los mercados esperan para el 16 de marzo es que la tasa de interés suba 0.25 por ciento y que en alzas posteriores llegue a 1.5 por ciento para final de año, pero en este contexto está implícito que la inflación empiece a ceder en el segundo semestre; este escenario lo que contempla es un aterrizaje suave de las tasas de interés, pero si la inflación no cede, entonces la situación se volverá diferente.

Yo pienso que la inflación tenderá a mejorar porque la guerra entre Rusia y Ucrania no creo que se pueda extender mucho más tiempo; por desgracia, es una guerra donde Rusia será el ganador e impondrá sus condiciones; esto estabilizará a los mercados y es muy posible que tanto el precio del petróleo como del gas se moderen, junto con otros precios de materias primas que subieron mucho a partir del conflicto bélico.

Además, y es algo que ya está sucediendo, los cuellos de botella en las cadenas de valor han mejorado y se espera que tiendan a equilibrar la oferta con la demanda de bienes; esto jugará muy a favor de reducir la inflación. En cuanto al daño que la guerra le pueda causar al crecimiento mundial, aún es temprano para ese análisis.

Lo que es cierto, es lo siguiente: la economía rusa apenas representa 1.8 por ciento del PIB mundial y la de Ucraniana 0.2 por ciento, de tal forma que entre ambas solo suman 2 por ciento del PIB mundial; en un escenario catastrófico para ambas economías, los especialistas piensan que el daño que le harán al crecimiento total del planeta no será mayor al medio por ciento, o sea, el tema de este conflicto bélico es un tópico humanitario y social muy grave por la actitud de Rusia, pero al final las consecuencias económicas no pueden ser muy grandes. 

Manuel Somoza


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Manuel Somoza
  • Manuel Somoza
  • Presidente de CI Estrategias por Somoza Musi. Ejecutivo con más de cuatro décadas de experiencia en el sector financiero. Es economista de la Universidad Anáhuac y tiene una maestría en Finanzas del Tec de Monterrey.
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