hace apenas unos cuantos días inició el ciclo escolar. Me siento muy feliz de haber podido regresar a dar clases en el Área de Preparatoria de la Universidad del Noreste y conocer a mis nuevos alumnos de tercer semestre, a esos jóvenes que llegaron a las aulas virtuales para cumplir con nuevos retos en la vida.
Siempre me emociona conocerlos, ir leyendo de poquito todos sus trabajos, porque para mí es importante que se expresen, que me den su punto de vista pues eso será lo que utilizaré para que puedan seguir aprendiendo.
¿Les confieso algo? Además de mi familia, ellos me alegran el día; leerlos es para mí como vivir en medio de una gran aventura y cada fin de semana descanso en medio de un montón de hojas donde hago mis apuntes, con mi computadora de lado y escribo cada uno de los detalles.
¿Por qué elegí ser docente? Porque considero que formar generaciones es una bendición que me regaló la vida, porque me asombra su talento, porque me interesa que obtengan habilidades que los fortalezcan y los haga destacar como profesionales.
Mi idea de vejez es encontrarlos en grandes puestos, en medio de la calle y que me paren para decirme que cumplieron con sus sueños porque veo en ellos todo el talento del mundo.
Ayer terminé de enviar correcciones a mis 260 alumnos y durante esta semana se creó una conexión única; dejé atrás a la desconocida y se acercó a ellos la maestra confidente, la que no señala errores sino que les ayuda a autoevaluarse y ver esos detalles que van a pulir para ser mejores.
Esta semana me dieron respuestas increíbles, reflexionaron con videos y me enseñaron sus diferentes formas de ver la vida, y eso me hizo sonreír, me hizo saber que no estoy ahí sola y que van de la mano conmigo a cada instante.
Alguna vez me cuestionaron acerca de cómo es que me la paso leyendo todo el día, revisando tareas y dándole ese tiempo a mis alumnos. La respuesta es fácil: amo lo que hago, me hace feliz verlos aprender y spoilearles la vida profesional, aconsejarlos acerca de cómo es que deben planear sus actividades para ser más productivos y, sobre todo… que se den cuenta de que la calidad de su trabajo es lo que los hará destacar.
Hoy dedico mi columna a toda esta generación; gracias por su esfuerzo y dedicación. _