El pasado fin de semana mientras ocupaba el podio como maestra de ceremonias en el 9.º Campeonato Regional de ALOHA Mental Arithmetic en Tampico, sentí que estaba frente a uno de esos instantes que marcan el ritmo del alma: el encuentro con la niñez tampiqueña en su máximo esplendor, desplegando habilidades que, lejos de ser simples destrezas matemáticas, son destellos de un futuro brillante.
La Casa de la Cultura fue testigo de un evento donde más de cien niños, entre los cinco y los trece años, llegaban acompañados por padres orgullosos y maestros atentos. Pero lo que llenaba el espacio no era el bullicio, sino la energía: una mezcla de emoción, nervios y un entusiasmo contagioso. Como maestra de ceremonias, pude observarlo todo desde un ángulo privilegiado: los ojos brillantes, las manos inquietas, los ábacos listos como si fueran antiguas brújulas capaces de guiar al talento infantil hacia nuevos horizontes.
ALOHA Mental Arithmetic es un programa que fortalece el hemisferio derecho del cerebro a través del cálculo mental, que ha logrado algo extraordinario: convertir el aprendizaje en un juego, y el juego en un camino hacia habilidades cognitivas que formarán parte de los cimientos intelectuales de estos pequeños. Resolver 70 operaciones en solo 5 minutos no es una actividad; es una hazaña. Y ellos lo hacen con la serenidad y la precisión de quienes confían en sí mismos.
Uno a uno, los nombres de los ganadores de los primeros lugares resonaron en el auditorio como pequeñas victorias colectivas: Jacqueline García, Luna Rodríguez, Mirtha Chávez, Sara Alfaro, Leonardo Martínez, Neythan Pérez, Sergio Álvarez, Sergio Robles, Mario Vázquez, Axel Hernández, José Sánchez, Mariela Guerrero, Ian Macías y Emma Vázquez.
Cada nombre era seguido por aplausos que parecían envolverlos como un abrazo. Pero hubo un momento que estremeció a todos: la mención especial a Emma Vázquez, la primera estudiante con discapacidad visual en formar parte del programa ALOHA a nivel nacional. Tamaulipeca, tampiqueña, una niña que rompe barreras y desafía límites. Su presencia en el escenario fue sin duda un recordatorio poderoso de que el talento no conoce fronteras y que la valentía encuentra su camino incluso en los desafíos más complejos. Emma no solo compitió: inspiró.
Este evento también contó con la presencia de autoridades cuyo respaldo reafirma la importancia del desarrollo infantil en nuestra región: Ing. Kiran Motwani, directora de ALOHA Internacional; Lic. Kamal Motwani, director de ALOHA México; Mtra. Magdalena Peraza Guerra, directora regional de Bienestar Social en Tamaulipas; y el Dr. David Rodríguez Peña, secretario de Cultura de Tampico. Su acompañamiento confirma que cuando instituciones, docentes y familias se unen, los niños reciben el impulso que necesitan para volar alto.
Y hablando de vuelo, es importante comentar que ya se vislumbra el próximo desafío: el Campeonato Nacional, que tendrá lugar el 28 de marzo de 2026 en el imponente Centro de Convenciones Tuzofórum, en Pachuca, Hidalgo. Miles de alumnos medirán su velocidad mental y precisión en un encuentro donde la disciplina se convierte en orgullo. Estoy segura de que Tamaulipas dejará huella. Porque con talento como el que vi este domingo, volver con trofeos no es una posibilidad: es una promesa.
Mientras cerraba la ceremonia y veía a los niños recoger sus trofeos y medallas con sonrisas que hablaban de satisfacción, pensé en algo que vale la pena repetir: cada uno de ellos es una prueba viviente de que el futuro no se espera… se construye. Lo construyen con esfuerzo, con disciplina, con la misma chispa que brillaba en sus ojos.
Ellos son el futuro. Un futuro que ya comenzó y que, después de vivir este evento, puedo asegurar que está en excelentes manos. Gracias a la Dra. Jacqueline Salazar Luque por la invitación a ser parte de un campeonato tan emotivo.
