Construir una actitud es fundamental en la aventura de la vida, es la posición o disposición con la que afrontamos y respondemos a cada situación.
La actitud involucra pensamientos y creencias acerca de nosotros mismos y de las circunstancias que vivimos.
La actitud, cuando es positiva, es básicamente la confianza que tenemos en nosotros mismos y las capacidades que poseemos.
En la actitud se involucran nuestro estado de ánimo, nuestras acciones, nuestra salud y nuestra calidad de vida.
La actitud negativa o positiva depende de las “grabaciones” de la infancia, por ejemplo: si crecimos rodeados de personas que se quejaban y lamentaban de su situación sin hacer nada para mejorarla o si crecimos escuchando frases como: "tú no puedes", "no lo hagas porque te va a ir mal", "no tienes suerte", seguramente tendremos una actitud negativa frente a la vida.
En cambio, si tuvimos una o varias personas que nos estimularon a confiar en nosotros mismos, que reforzaron nuestras capacidades y nos apoyaron en cuanto a superar con optimismo nuestros momentos difíciles, tendremos una actitud positiva.
La actitud positiva es fuerza que impulsa y nos mantiene motivados.
La actitud también se manifiesta a través de nuestra expresión corporal y se refleja en nuestros gestos, palabras y hasta en el tono emocional con el que nos comunicamos.
Existen personas que se levantan entusiastas y piensan: “hoy es un día formidable, hoy voy a superar ese reto en el que estoy trabajando”.
Y también existen las personas que se despiertan quejándose por levantarse temprano o lamentándose del trabajo que tienen o imaginando el fastidio que les espera… Es cuestión, pues, de actitud.
No podemos cambiar nuestro pasado. Pero podemos cambiar lo que sentimos respecto a él y la forma en que nos afecta en este momento.
Ser libre de malos recuerdos, perdonar al que nos hizo daño.
Dejar de fijar la atención sólo en las cosas negativas que ocurren en el trabajo, en casa, en el país y reconocer lo positivo, bueno e importante que también sucede alrededor,
Tener metas pequeñas y cotidianas, como: levantarse temprano, hacer ejercicio, cumplir con eficacia en el trabajo, ser amable con las personas que nos rodean.
Cumplir con propósitos cada día nos hace sentir más seguros y motivados para lograr metas mayores. "Al mal tiempo, buena cara".
Decidamos que los comentarios y las experiencias negativas no afecten el entusiasmo y debiliten la confianza y no participemos en difundir o escuchar rumores negativos de los cuales no somos testigos.
Una actitud positiva, activa y esperanzada de la vida hará que veamos las cosas en su aspecto más favorable, para estar más abiertos y dispuestos a las propuestas y oportunidades que nos ofrece la vida.
Todo es cuestión de actitud…
luisrey1@prodigy.net.mx
