Muy bien Santos, muy bien. El futbol siempre renueva ilusiones a toda velocidad.
No hay una segunda oportunidad para la primera impresión y el Santos, en su presentación en casa, se gustó a sí mismo y gustó a su noble afición; una afición tan, pero tan noble que (pase lo que pase) siempre está con su equipo.
A veces en menor o mayor cantidad, pero siempre está ahí.
Lo que sucedió el sábado en el TSM bien puede interpretarse como un borrón y cuenta nueva, como un volver a empezar.
No hay queja alguna sobre lo sucedido en el campo ante Pumas, no hay nada qué reprochar a un Santos que desde el primer minuto dejó en claro sus intenciones y su, esperemos así sea, nueva actitud y nueva forma de encarar los partidos: presión alta, posesión y una dinámica que hacía meses no se veía.
Eso es lo primordial, porque si eso se mantiene así, el futbol tarde o temprano vendrá. El juego, el futbol, depende en gran medida de la actitud. El Santos ya la tiene.
Se nota un equipo trabajado, ordenado y con capacidad de desdoble.
El trabajo de Francisco Rodríguez Vílchez se notó: su equipo no tuvo desperdicio y entre líneas se pudo notar solidez.
Es un primer gran paso, uno muy importante porque hacía meses que el Santos defraudaba desde el primer partido. Pues bien, el sábado la historia ya fue otra. Eso se agradece.
Tanto Balanta como Ortega, nuevas incrustaciones y primera titularidad para ambos, dejaron esa sensación de seguridad que hacía mucho tiempo no se percibía ni se palpaba en la zona baja del equipo. Han caído como anillo al dedo.
Lo de Echeverría es digno de mencionarse porque trae las revoluciones a tope.
Qué decir de Aldo López y su fantástico gol: un gol emanado de la presión alta del equipo, siempre mordiendo al rival desde la salida.
Fue un gusto ver al Santos de Francisco Rodríguez. Inclusive las modificaciones tácticas fueron para bien y tuvieron impacto en el accionar del equipo.
Es ahí cuando se nota un entrenador: cuando aporta soluciones sobre la marcha. Ojalá para Dájome sea un despertar.
En el Estadio Corona todo fue alegría y sentimiento, porque ahora las lágrimas fueron de alegría y no de impotencia. Ese es el camino. Mañana viene el Toluca.
Con esa actitud y esa dinámica se le puede dar un susto al campeón.
El de mañana deberá ser un partidazo. Le toca a la afición hacer su parte. ¡Todos al Corona!