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El proyecto es la esperanza y el optimismo

¿Para qué nos debemos mentalizar todos? Y con todos me refiero a los aficionados y a la prensa. 

El Santos, sin haber iniciado todavía el torneo, llegó a motivar mucho, a ilusionar bastante, porque los rumores sobre posibles fichajes significativos, ilusionaban muchísimo. 

El fuerte rumor sobre la posible llegada de Diego Valdés y Richard Sánchez provocó una especie de sismo, un terremoto positivo que sacudió el pesimismo de las espaldas de los aficionados, quienes se ampararon en la hipotética circunstancia de un nuevo Santos, renovado, recargado y reinventado. 

Por varios días surgió ese sentimiento que hacía mucho no se sentía en la Laguna: el de sentirse respaldados por un apoyo que venía desde muy arriba, para juntos lograr colocar, otra vez, al Santos en una posición de altura, como se merece, como siempre había sucedido.

Pero las cosas cambian y el mercado del futbol, para quien no tiene los dólares a la mano, es bastante cruel. O mejor dicho: para quien no tiene dólares en cantidades desorbitadas. 

Platicando con un gran admirador de la NFL, me comentaba que ahí todo es democrático. Sé que no estoy diciendo algo desconocido, pero en la NFL siempre, siempre, se ve primero por el afligido, por aquel equipo al cuál le fue peor durante la temporada. 

Pero en la NFL hay un plus: todos sus equipos son ricos, todos tienen un gran presupuesto y todos se pueden dar el lujo de tener grandes jugadores. En el futbol no pasa eso, porque los grandes futbolistas están al alcance de muy pocos. 

Pasa en todas las ligas de futbol, donde solamente los millonarios aspiran a contratar a quien se les antoje.

El Santos no forma parte, en la Liga MX, de ese club. Algún día formó parte, pero hace un buen tiempo que no. 

Aquel modelo de negocio, el de optar por la cantera, apuntalada con futbolistas venidos del extranjero como diamantes en bruto, para luego ser vendidos, ya no funcionó. 

Hubo un tiempo en el que verdaderamente funcionó y todos felices, pero desde que Almada se fue se derrumbó. 

El Santos ya no volvió a ser el mismo y Almada fue el único que logró hacer funcionar, en el campo, ese modelo de negocio que llegó a ser exitoso.

El torneo está por iniciar y el santista se pregunta si su equipo andará igual (porque peor no se puede) que el torneo pasado. Se pregunta si su equipo tendrá la capacidad para construir futbol, o no. 

El proyecto se basa en la esperanza y en tener optimismo, en nada más.

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Luis Miguel Rodríguez Cruz
  • Luis Miguel Rodríguez Cruz
  • luismrdzcruz@gmail.com
  • Columnista en La Afición desde Enero del 2009. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Información de Universidad La Salle Laguna, con Maestría en Educación por Universidad Interamericana para el Desarrollo.
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