Toluca está muy próximo a ser campeón por segunda vez consecutiva; es el que mejor juega, el que tiene un sistema más sólido y el que reúne todas las condiciones para poderle llamar: equipo.
Tiene muy pocas fisuras y su buen plantel con obreros comprometidos y talentosos generosos, hacen de los Diablos un equipo exquisito.
Y eso que su máximo estandarte no se ha recuperado, Alexis Vega. ¿Estará para la final?... pero la pregunta más importante es: ¿Le hace falta a este Toluca que, incluso sin él, ha sabido salir sin mucho problema de las circunstancias más difíciles?
Si nos ponemos puristas podremos determinar que sí, que Alexis Vega hace falta porque es, de todos, el mejor.
El partido ante Rayados fue magistral, porque lo que Toluca hizo, hasta el 3 a 0, fue casi magnífico; con autoridad, con nivel, con determinación, con soltura, con futbol. Tuvo en la lona al que es, probablemente, el mejor plantel de la Liga.
Bien dijo Martinoli, ya casi al final de partido y cuando Monterrey hizo cambios ofensivos: “Rayados va a meter a toda la nómina”.
Y en efecto: el plantel de Rayados y la formación con la que terminó el partido, daba miedo. Pero al Toluca nada le da miedo y pudo contra eso y podrá con más.
Cuando se juega bien al futbol generalmente los resultados llegan por inercia y, de la misma forma, los títulos.
Lo único reprochable fue que Toluca, cuando se sintió clasificado, bajó la marcha y provocó que Monterrey se le encimara, que lo abrumara y que hasta le sacara varios sustos graves.
El partido terminó siendo más parecido a uno de la Champions League que a uno de la Liga MX.
Lo de Cruz Azul, como le escribí en mi anterior artículo… pues es Cruz Azul, siempre destinado a fracasar después de generar toneladas inmensas de ilusión.
Ilusionarse con Cruz Azul y pensar que puede ser campeón (a corto plazo) es como pensar que la segunda venida de Cristo está muy próxima.
Es decir: cosa de ilusos. Tigres es finalista con todas las de la ley, el otro gran plantel del futbol mexicano, pero a diferencia de Rayados, Tigres sí hace que sus altísimos gastos en plantel rindan ciertos frutos.
Nos queda una final muy atractiva entre dos equipos que, si quieren y así lo desean, bien podrían darnos un espectáculo digno para el recuerdo, de esos de leyenda.
Hay muchos ingredientes para esperar que pueda suceder así.
Si todo sale según la justicia que verdaderamente existe en el futbol, Toluca deberá ser bi-campeón.
