Seis veces ha tocado el Santos el cielo con las manos. Seis veces ha levantado el título de liga.
Seis veces ha demostrado que es (y será) uno de los grandes del futbol mexicano.
No es sencillo resumir 40 años de historia, pero bien vale la pena resaltar nombres y sucesos que han marcado la riquísima historia del Club Santos.
Fantástico el video que circula en las redes sociales del club, donde aparecen aquellos personajes que cimentaron, construyeron y dieron forma a lo que hoy es el Club.
Es una sensación de esas inexplicables.
Digamos que el Santos es un sentimiento, y solamente quienes lo hemos vivido en directo sabemos lo que significa.
El Santos es el viejo Corona, es el sol a plomo, es partidos jugados a 40 grados, es la fila desde la 1:00 de la tarde, es la gallina desplumada y la media con harina, es los lugares “apartados” en “sol plateas”, es Marín (el de las cheves), es la malla donde se subían los “cholos”, es los bomberos echándole agua a la afición de sol, es… todo lo que ustedes quieran recordar.
Es Borgetti y el Pony, es Vuoso y el golazo donde desmanteló a toda la defensa del América, es Oribe metiendo el gol a pase de Darwin para remontar a Tigres, es Ludueña metiendo aquel gol en la final ante Cruz Azul, es Benítez siendo una aplanadora por el campo, es Apud con clase inigualable, es Galindo siendo un maestro en el campo, es Pedro Muñoz siendo temido por todos, son Juan y Dolmo Flores poniendo a La Laguna en el mapa.
Es la salvación del descenso, es Oswaldo Sánchez levantando el trofeo, es Izquierdoz llorando de desesperación, es el Chuleta Orozco metiendo 4 goles en una final, es Furch, es Djaniny, es Jordi Sánchez, es Arteaga, es Machón, es Ovelar y Elvis Brajkovic… Es un montón de nombres y momentos.
Es Fernando Arce metiendo un agónico cabezazo de gol ante Monterrey en un partido que ya es de culto.
Es imposible no llenarse de imágenes la mente y el corazón con tantas cosas que el Santos nos ha regalado.
Por supuesto que el Santos es el TSM. Por supuesto que es Irarragorri, Canedo, De Villa, Dante y muchos otros directivos.
Es mucha gente de pantalón largo que se ha estresado, se ha llenado de canas y se ha quedado sin cabello por el gran estrés que significa llevar sobre sus hombros una gran institución.
Pero el Santos es, sobre todo, su afición: esa que renuncia a lo que sea con tal de ir a ser feliz en esas tribunas.
Felicidades por 40 maravillosos años de existencia al Club Santos Laguna.