Con el tiempo uno llega a ver los trayectos poéticos de los hermanos Manuel (n. 1874) y Antonio (n. 1875) Machado en clave de “good cop, bad cop”. Tuvieron gran conexión mediante algunas bellezas de poesía popular, sobre todo aquella que decía: “La Lola,/ la Lola se va a los Puertos./ La Isla se queda sola”, y a partir de esto construyeron toda una obra para escena. Pero como que no coincidían en otros asuntos. Dice, juguetón, Manuel Machado en su poema “Retrato”: “Las mujeres… --sin ser un Tenorio, ¡eso, no!--/ tengo una que me quiere, y otra a quien quiero yo”; y dice, seco, Antonio Machado en su “Retrato” sobre el mismo asunto: “Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido”. Para Manuel Machado la guitarra era casi una encarnación de la poesía; para Antonio Machado la guitarra no sería nunca poeta. Y por ahí.
Comparten dos saetas de la Semana Santa en Sevilla. Antonio Machado: “Cantar del pueblo andaluz,/ que todas las primaveras/ anda pidiendo escaleras/ para subir a la cruz”. Al poema lo precede un epígrafe, una belleza que dice: “¿Quién me presta una escalera,/ para subir al madero,/ para quitarle los clavos/ a Jesús, el Nazareno? SAETA POPULAR”. El poema de Antonio Machado pasa por un comentario adverso a ese epígrafe y a esa belleza: adverso a la saeta que canta al Cristo de los gitanos “siempre con sangre en las manos,/ siempre por desenclavar”; concluye con una/otra belleza que reconviene así al epígrafe: “Oh, no eres tú mi cantar. /No puedo cantar, ni quiero/ a ese Jesús del madero,/ sino al que anduvo en el mar”. Antonio Machado empieza su poema con un epígrafe; “La saeta” de Manuel Machado concluye con cuatro versos que pudieron ser un epígrafe como “SAETA POPULAR” pero él decidió volverlos parte y final de su poema. De nuevo, “good cop” frente al “bad cop” de “sangre en las manos”. Nada de “desenclavar”. La suya termina con esta belleza: “Canción del pueblo andaluz:/ …De cómo las golondrinas/ le quitaban las espinas/ al Rey del Cielo en la Cruz”.
Luis Miguel Aguilar