3. Empresarios resentidos: ubicados en la frontera de la clase media alta y clase alta baja, están enfadados contra el Sistema tenía tres razones: (1) no les fue posible integrarse a las redes de corrupción con funcionarios públicos; (2) éstos les pagaron su proveeduría o servicio con “un moche” exagerado; (3) o nunca les pagaron.
De manera paradójica, con las nuevas redes de la 4T, muchos de ellos son ahora exitosos empresarios.
4. Clase medieros sin futuro: éstos intentaron de mil maneras salir adelante, pero siempre toparon con un Sistema desigual e injusto; por lo que, a lo largo de su vida, acumularon pretextos para convertirlo en su villano favorito.
Con justeza, visualizaron que ese villano tenía rostro de Mafia en el Poder; porque, desplegaron su encabronamiento para apoyar de manera furibunda a la 4T. Justo es decirlo, su situación económica no cambió de manera sustantiva -a excepción del apoyo de programas de 4T.
Pero, en esencia, permanecen enojados, enfundados, ahora, en su camiseta morenista, en el mismo lugar de siempre.
5. Beneficiarios profesionales: estas personas de clases populares y campesino indígena están armados con una lógica mercantilista, aprendida por generaciones con los distintos partidos políticos, para vender su voto al mejor postor.
Por ello, recibieron con brazos abiertos, los programas sociales y las transferencias directas de Morena; superiores en cuantía a lo recibido por el PRI, el PAN y el PRD en décadas anteriores.
No lo es, pero funciona como ingreso básico universal que fortalece la economía familiar de estos grupos sociales. Entonces, ¿por qué ir contra Morena? Imposible.
6. Priistas camaleónicos: éstos solo dieron “un brinquito a lado de la historia” porque entendieron los elementos genéticos que comparten ideológica e históricamente con Morena.
Dicha conversión religiosa, les empoderó para acometer sin escrúpulo alguno, pero si, con toda la rabia posible, contra su propio ser, reflejado ahora en el PRI de Alejandro Moreno.
7. Izquierdistas desilusionados: faltos de ilusiones con la caída del Muro de Berlín y el derrumbe del socialismo real; erraron en la quimera del levantamiento zapatista y del antiglobalismo para caer en los brazos amorosos del neo populismo autoritario versión latinoamericana y mexicana.
En su delirio, nunca entendieron que el fantasma del que hablaba Carlos Marx, aparecía en realidad para maldecir al tirano y anticipar su derrota; si no, como entender el autoritarismo de Stalin, Mao y Castro que transpira en el neo populismo de AMLO y en el corazón de esos izquierdistas fantasiosos, que aún así, insisten en alimentar su ficción para seguir “vivos”.
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