Decía el filósofo alemán Martin Heidegger que “somos arrojados al mundo”, frase cuyo significado podría interpretarse como que llegamos a la vida sin más herramientas y recursos para vivir y sobrevivir, que un semi-terminado e incipiente cerebro alojado en un pequeño y vulnerable cuerpo, incapaces ambos de valerse por sí mismos ni intelectual ni físicamente.
Con este precario equipo tenemos que crecer y desarrollarnos, enfrentando en el camino todo tipo de amenazas, obstáculos y peligros, en pos de un desarrollo que por fortuna y con frecuencia logramos aunque en ese sinuoso camino de “aprender a vivir”, a todos sin excepción nos quedan lagunas que nos impiden comprender cabalmente: ¿cuál es el sentido de la vida?, cuestionamiento que nos demos cuenta o no, de un modo u otro todos nos hacemos en ciertos momentos y cuya respuesta o ausencia de ella, suele afectar en forma importante nuestra calidad de vida emocional, que no es extraño se revierta luego en males físicos.
Pero como todo en la vida, no todo es sombrío y en el maravilloso claro oscuro de la literatura, podemos hallar gotas de sabiduría que en forma de pensamientos, resultan verdaderas perlas que como un faro en medio de la tempestad nos permiten llegar a buen puerto.
Tal es el caso de la frase de José Ortega y Gasset que parcialmente preludia estas líneas, germinada de su pensamiento y acuñada en su primer libro: “Meditaciones del Quijote”.
“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo”.
Enunciado que de primera intención nos lleva a interpretarlo como la importancia del entorno en nuestro destino, pero que releída, nos deja ver que ese nuestro destino no sólo depende de las circunstancias, sino también en la forma y grado en que interactuemos con ellas o en contra de ellas.
Para luego en la segunda parte abordar el “deber ser”, como la obligación de madurar y hacerse responsable de la construcción del propio destino. Heidegger, Ortega y Gasset y otros muchos pensadores que en el mundo han sido, nos dejaron perlas de sabiduría.
Todo es cuestión de desear buscarlas y encontrarlas.