Política

Un “sooo” interior

  • Desde mi rincón
  • Un “sooo” interior
  • Luis Augusto Montfort García

Era una tranquila mañana de primavera; era un extenso agostadero en la plenitud de un horizonte sin fin, era “El Secreto”, que así llamaban al noble bruto que yo montaba; era yo a mis veintitantos cabalgando tranquilamente al paso sobre su lomo, sin más recursos ni habilidades ecuestres que mi juvenil deseo de experimentar “sensaciones fuertes”.

Apenas adelante sobre su propio trotón iba uno de mis amigos y fue tal vez por ese juvenil deseo de “sensaciones fuertes”, que bien sabemos que en la juventud con frecuencia raya en la imprudencia, fue que fustigué al Secreto con la intención de “rebasar” a caballo y jinete que con calma iban apenas avanzados.

Ahí comenzaron las sensaciones fuertes, pues en el momento en que pasaba a su lado, vi cómo el otro corcel nos miraba “de reojo” y cómo en automático aceleraba su paso, con lo que a su vez El Secreto aceleraba el suyo a un trote más rápido que permitió adelantar a mi amigo y a su caballo “sin nombre”, mientras a mi espalda escuchaba yo el típico “sooo” con el que, al menos en las películas he visto que se tranquilizan y frenan los equinos.

Así pues, tratando de endulzar la voz para que El secreto no se enojara conmigo, tiré suavemente del freno mientras con mi propio “sooo” intentaba que amainara el paso, el recurso dio resultado, pero sólo en apariencia, pues apenas unos segundos después, escuché cómo sobre la tierra reseca de la vereda rebotaban los cascos del jaco de mi amigo, al tiempo que al galope y con él rebotando sobre la silla, pasaban a mi lado mientras repetía sonoros “sooos” que pararan la máquina de carreras en la que se había convertido su anónimo cuadrúpedo.

Por fortuna para mí, para mi amigo, y para los caballos, también ellos sabían que el “sooo” quiere decir algo así como: “calmao”, con lo que la aventura terminó sólo como por fortuna suele suceder, en una juvenil anécdota sin consecuencias. 

Tal vez quienes conducimos vehículos por estas calles de hoy, debiéramos saber decirnos y escuchar un “sooo” interior, que en el tráfico citadino calme nuestras ansias imprudentes de sensaciones fuertes.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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