Hay en los manuales de conducción de vehículos, esos que en un mundo ideal se supone que quienes conducimos debemos haber leído, una recomendación que indica que cuando en una vía rápida otro vehículo se aproxima demasiado por atrás, es conveniente dejar una mayor distancia con el auto que circula adelante, para así tener mayor oportunidad de maniobrar en caso de que súbitamente tengamos que frenar.
Dado el incremento de violencia vial, en el que hoy en día irremediablemente tenemos que interactuar con otros muchos conductores, seguir este consejo puede ahorrarnos muchas dificultades. Pero ¿Por qué le llamo violencia vial?, pues porque por definición la violencia es (entre todos los seres vivos), un ejercicio de poder con el que unos se imponen a otros, mediante acciones físicas o amenazas.
Y es precisamente un fenómeno llamado: “sensación de poder”, el que cualquiera experimenta al maniobrar un vehículo de 1,500 kilos y 170 caballos de fuerza (valores promedios), sensación que puede transformarnos radicalmente, de ser una persona prudente y responsable, en un energúmeno que desahoga su frustración y sus fallas emocionales, todo esto en un deshumanizado flujo vehicular, en el que no percibimos a otros seres humanos conduciendo, sino solo formas, marcas o colores.
Pero la violencia humana se manifiesta en muchas otras modalidades y ámbitos de nuestra vida: la guerra, el crimen, el terrorismo, el maltrato intrafamiliar o infantil, la crueldad hacia los animales, etc. que a diario presenciamos, son factores que nos afectan y como si de un germen se tratara, emocionalmente nos contaminan e intoxican.
Controlar nuestra estabilidad emocional ante una situación de agresión, abuso o injusticia, es hoy un verdadero reto, muchos consejos de desarrollo humano dan fórmulas “probadas” para lograrlo. Tal vez también sea bueno intentar aplicar el consejo automovilístico de marras: Aumentar nuestro espacio seguro, dejando una mayor distancia entre nosotros y las personas conflictivas con las que tenemos que interactuar, en esta vía cada vez más rápida que es la vida.