Esta semana encontramos en Singularity Hub un artículo escrito por Dylan Matthews, en el sitio Vox Future Perfect.
El artículo “Cómo la IA podría hacer explotar la economía” explora los posibles impactos económicos de los avances en inteligencia artificial (IA).
El artículo analiza el potencial transformador de la IA en la economía, destacando la posibilidad de un crecimiento exponencial y con ello una disrupción.
Explica cómo varias formas en las que la IA puede impulsar la expansión económica, como la automatización, el aumento de la productividad y la innovación en todas las industrias.
Sin embargo, también profundiza sobre las preocupaciones sobre el desplazamiento laboral, la desigualdad y las implicaciones éticas asociadas con la proliferación de la IA.
La inteligencia artificial ya está enriqueciendo a muchas personas, todas ellas, relacionadas con el desarrollo de la infraestructura (software y hardware) necesaria para la implementación masiva de la IA.
La expectativa es que IA no hará solamente muy ricos a unos pocos técnicos, como lo hicieron antes las redes sociales, los teléfonos inteligentes y las computadoras personales; se estima que la aplicación masiva de la IA genere una explosión de crecimiento, que llevará a la humanidad a niveles de riqueza y bienestar nunca antes vistos.
Y aquí algunos datos: después de la Segunda Guerra Mundial, el crecimiento en los Estados Unidos promedió 3.2% al año, a partir del año 2000.
Ese promedio disminuyó al 2.2% derivado del crecimiento demográfico.
Investigadores aseguran que el potencial de crecimiento que puede aportar el uso masivo de la IA es de hasta 30% anual y se puede alcanzar antes del fin de este siglo (2100).
Esta cifra es astronómicamente grande; un crecimiento de 30% anual implicaría que el tamaño de una economía se duplicaría en dos años y medio.
Solo imaginemos todo lo que la humanidad ha logrado desde la época de las cavernas: la rueda, escritura, fundición de bronce y hierro, pirámides, la Gran Muralla, barcos que atraviesan el océano, cosechas mecánicas, ferrocarriles, telegrafía, electricidad, fotografía, cine, música grabada, lavadoras, televisión, viajes al espacio, internet, teléfonos móviles, etc.
En un sistema de crecimiento per cápita del 30 por ciento, en 25 años la humanidad sería mil veces más rica y avanzada de lo que es ahora.