Comunidad

Conectados, pero dependientes

Antes de dormir, María revisa sus redes sociales. “Sólo cinco minutos”, se dice. 

Una hora después, sigue desplazándose entre notificaciones, videos y mensajes. 

Esta escena cotidiana refleja un fenómeno creciente: la adicción a las redes sociales. 

De acuerdo con el Diccionario de la lengua española, la adicción es una “dependencia de actividades nocivas para el equilibrio psíquico”. 

Por su parte la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el uso excesivo de plataformas digitales puede generar efectos comparables a los de una droga.

La adicción a las redes sociales es una forma moderna de dependencia psicológica. 

No sólo se trata de permanecer en línea por largos periodos, sino de perder el control sobre su uso, descuidar las relaciones reales y ver afectada la salud mental. 

La OMS señala que esta adicción puede provocar algunos efectos similares al abuso de sustancias: ansiedad, insomnio, irritabilidad y aislamiento social.

Cada “me gusta” activa nuestro sistema de recompensa y libera dopamina, lo que genera placer inmediato y refuerza la conducta. 

Sin embargo, esta estimulación constante puede deteriorar la atención, el estado de ánimo y las relaciones personales. 

Un estudio de la Universidad Complutense (2022) reveló que 4 de cada 10 estudiantes presentan alteraciones emocionales asociadas al uso compulsivo de redes.

Según el Global Digital Report 2024, los jóvenes de 18 a 29 años son los más vulnerables: pasan más de 3 horas diarias en plataformas sociales. 

UNICEF ha advertido sobre el impacto de esta adicción, especialmente en niños y adolescentes, sobre todo cuando carecen de supervisión, pues no todo lo que circula en redes es apto para ellos, y sin acompañamiento adecuado, se exponen a riesgos como la desinformación, el ciberacoso y la pérdida de habilidades sociales.

Por todo lo mencionado, es fundamental recuperar el equilibrio: establecer horarios de desconexión, revisar la privacidad, evitar contenidos tóxicos, y acompañar el uso digital en menores. 

Ser conscientes del tiempo invertido en ellas y del efecto emocional que nos generan las redes sociales es el primer paso. 

Finalmente, en un mundo hiperconectado, aprender a desconectarse también es una forma de autocuidado.


laura.parra@ibero-torreon.edu.mx

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Laura Elena Parra
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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