Hubo un tiempo en que el horario estelar en la televisión marcaba el ritmo de nuestra sociedad. Había un momento exacto, inamovible, para sentarse frente al televisor y sintonizar la misma historia que millones de personas compartían. En ese entonces, planificábamos nuestro día alrededor de nuestro contenido favorito.
Hoy, las historias nos unen, pero la forma ha cambiado. El "prime time" se personalizó con la conectividad digital: el contenido nos espera, disponible en cualquier momento y pantalla. Ya no esperamos por el contenido, el contenido nos espera a nosotros. La transformación del entretenimiento es una realidad que ocurre cada vez que alguien da play desde su teléfono, su computadora o su televisión conectada (CTV). Las plataformas digitales redefinen el consumo de contenido, donde los usuarios eligen, comentan, comparten y crean comunidades, pues ahora el consumidor pasó de actor secundario a protagonista de su experiencia audiovisual.
En México, más de tres cuartas partes de la población consume contenido digital, la estimación más reciente de Statista indica que alrededor del 70 por ciento de la población global cuenta con acceso a Internet, 5.6 mil millones de personas que se conectan y acceden a un universo de contenidos digitales casi infinito.
La democratización del acceso a la información, el uso de múltiples pantallas y el consumo bajo demanda han transformado el panorama audiovisual. Esto ha permitido que nuevas voces y participantes, que antes carecían de una plataforma, lleguen a audiencias globales, como MrBeast, quien cuenta con más de 445 millones de suscriptores en plataformas digitales.
Actualmente, la oferta de contenido supera la demanda. Sin embargo, este nuevo horario estelar personalizado no se limita solo a las grandes producciones de estudios o a los creadores de contenido consolidados. Este valioso espacio también lo comparten micro-influencers, documentales de nicho y contenido de relevancia sumamente personal, que si bien puede no alcanzar a grandes masas, sí encuentra a sus audiencias ideales.
Este poder de elección ha transformado la relación entre la audiencia y el contenido, la confianza se ha convertido en la nueva moneda del entretenimiento y del acceso a la información, a través de la autenticidad y relevancia personal del contenido. En esta nueva era, la pantalla más grande del hogar se ha convertido, para sorpresa de muchos, en un aliado inesperado. Incluso el consumo de contenido de creadores ya no se limita a los dispositivos móviles, sino que ha conquistado el corazón del consumo familiar.
En México, un mercado líder en la adopción de CTV, cerca del 67 por ciento de la población internauta accede de forma periódica al contenido audiovisual, según Comscore, y se estima que para 2029, el 90 por ciento de los hogares en América Latina tendrán acceso al streaming en sus televisores.
Lo vemos en el deporte, una vertical que antes dependía de horarios rígidos de transmisión satelital. Hoy, el fan elige cómo vivir el juego, según Audience Insights Deportes México de Equativ, el 51 por ciento de la población mexicana prefiere ver eventos deportivos en línea, no solo por la flexibilidad, sino porque desean interactuar y seguir a sus creadores favoritos mientras están en la conversación del partido. La vivencia es tan importante como el resultado.
En el fondo, lo que las plataformas digitales están redefiniendo no es solo el consumo de contenido, sino la forma en que nos conectamos con el mundo y entre nosotros. El ecosistema digital ha democratizado la creatividad, la expresión y el acceso a la cultura de forma definitiva. El entretenimiento ya no tiene un horario estelar preestablecido, porque el nuevo prime time comienza con el play del usuario.