Política

Acuerdos y desaseo político

  • Columna de Juan Noé Fernández Andrade
  • Acuerdos y desaseo político
  • Juan Noé Fernández Andrade

En Coahuila, la población en general, los electores en particular, no merecen lo que la “clase” política les arroja a la cara cada que pueden.

Ratifico: la política en México atraviesa una de sus peores etapas.

Ahora que trascendió, por torpeza del presidente del panismo en el país, Marko Cortés, el “acuerdo” de cómo se repartieron cargos, puestos y hasta notarías entre prianistas del estado, el zipizape verbal en la alianza PRI-PAN corrobora el nivel de inmoralidad que firmaron. 

Las declaraciones Marko Cortés descalificando la ética del gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, y las respuestas de éste, se inscriben en un lenguaje propio de una trama burlona. 

Solo afloró lo sensible de su piel. 

En fin, así las cosas en un matrimonio con una luna de miel estropeada por la realidad. 

Lo importante era casarse y ya esposados, cada quien únicamente ve por sus intereses partidistas y no sociales…

Por otro lado, despreciada la inteligencia, nobleza y compromiso de estudiantes y docentes en la Universidad Autónoma de Coahuila, no deja de sorprender el desaseo con que deciden los relevos jerárquicos sus autoridades. 

En la UAdeC el tema financiero es un pendiente sin nombre, en el que los más afectados, se reconozca o no, son la comunidad estudiantil y los empleados. 

A ambas partes solo les dan bolita, las entretienen, las distraen con minucias y, ante su precaria actitud y casi casi sumisión, la alta burocracia se regodea. El círculo del conformismo es aplastante.

Por eso, por esta inconsciencia, es que la “elección” por la rectoría se fragua en encerronas, extramuros, comelitones de por medio, se pacta y resuelve como los del prianismo, una complacencia entre la élite y los eternos aspiracionistas a llegar a un puesto en la llamada “máxima Casa de Estudios”. 

Termina un sexenio de Salvador Hernández Vélez de innumerables pendientes, porque si bien su narrativa diaria dibujaba una gran constructo académico e institucional, su egoautoritarismo resultó exacerbado, acentuó la profunda “cultura de la línea” que ha convertido al centro de estudios en el ejemplo más acabado de antidemocracia en la entidad. 

Los agravios suman, las y los lastimados por las maneras de Chava hacen una fila larga de convalecientes. 

Guardo un montón de apuntes que espero publicar en un libro, experiencias propias y de docentes y alumnos(as) que la sociedad -al menos la lagunera- ignora. 

La universidad ha sido un negocio, un espacio de grupos y familias enteras, de prácticas monárquicas, de aviadores, de venganzas, de exclusiones, de discriminación de aquellos que osan ser contrarios. 

Es el accionar corrupto de un grupo ya longevo enquistado hace años.

Y ahora, amarrado con el nuevo gobernador, habrá un próximo rector. 

De un manotazo imponen, otra vez violando una supuesta autonomía, su decisión vertical, y hacen a un lado al 60 por ciento de la matrícula universitaria compuesta por mujeres. 

Es violencia política de género lo que observamos en la UAdeC, por ahora las mujeres no pueden aspirar a la rectoría, están vetadas, las ven menores, incapaces, si acaso les permiten direcciones en planteles como parte de los arreglos monárquicos. 

En cambio, sufren de una constante la política misógina, de vergonzantes hechos de acoso sexual y laboral.

Cierto es que la etapa porril de los años 80 quedó superada. Pero no estos vicios que someten a la mayoría de las y los universitarios.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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