La semana pasada salieron las minutas de la Fed y del Banco de México. Ambas muy similares, con un discurso y preocupación en común: la inflación que no cede. En ambos casos es la más alta en décadas; en EU ha llegado a niveles cercanos a 8%, y en México, 7.45%. ¿Qué sigue? ¿Cómo actuar o responder al respecto? La medicina ya la conocemos: subir la tasa de interés, encarecer el costo del dinero y desincentivar el consumo y que los precios se presionen más. Los bancos centrales que pensaban subir las tasas pocas veces y poco a poco podrán optar por subir más y de manera más contundente. La inflación no parece bajar y menos en el corto plazo. Este impuesto generalizado que nos resta poder adquisitivo a todos se convierte en enemigo común.
La invasión en Ucrania aún es un tema global, sin dejar de ver lo más importante: las vidas que se pierden. El mundo, liderado por EU, sigue imponiendo sanciones a Rusia y con ello buscan doblegar a Putin; hasta el momento no se ha logrado. Zelenski, presidente de Ucrania, ha pedido a ciudadanos de lugares estratégicos, como en Dombás, que abandonen ante posibles ataques. Nos estamos acostumbrando a vivir con este conflicto y no se ve un cese el fuego pronto.
El covid es parte de nuestras vidas, en China los contagios siguen al alza y el confinamiento, cierres de fábricas y puertos puede traer de nuevo presiones inflacionarias adicionales.
En México seguimos mandando señales de desconfianza a inversionistas locales y extranjeros. Ahora la Suprema Corte de Justicia de la Nación concluyó que no puede declarar inconstitucional la Ley de la Industria Eléctrica que se aprobó en marzo de 2021. De manera que se otorgarán amparos que quedarán a criterio del juez competente y pueden incluso llegar a la SCJN. No me gusta la resolución por el mensaje que manda, por poner en duda y comprometer miles de millones de inversión de la iniciativa privada en parques eólicos y solares.
Es un retroceso, no estamos apostando a energías limpias, cuando todos lo hacen, y le estamos devolviendo el poder absoluto a la CFE. Al igual que el aeropuerto de Texcoco, que seguro había cosas turbias, pero que valía la pena limpiar y no cancelar y “tirar a la basura” por completo. Viene un segundo reto: la reforma energética. En principio no contará con la mayoría, pero en política nunca se sabe. Vienen elecciones de gubernaturas y los partidos que pierdan podrán vender su voto. Esto me preocupa porque sí puede poner en riesgo más dinero, más áreas de inversión en el propio sector energético, como gas, petróleo, gasolina, exploración, explotación, etc. Pueden complicar el T-MEC y comprometer la relación con EU y Canadá.
Esta semana destaca porque inicia la temporada de reportes con los grandes bancos. También se conocerá la inflación para marzo en EU.
Sigo pensando igual, paciencia e invertir en activos que puedan darnos rendimientos reales positivos, acciones de empresas AAA que, como todo hoy, están con minusvalías pero que, ante una mejora, regresarán a sus niveles.
juansmusi@gmail.com
@juansmusi