Puesto que a decir de la primera edil municipal no tenemos ninguna expresión de cultura en el hogar una de las primeras tareas que deberá realizar el nuevo Consejo Directivo del Instituto Cultural de León, según ella, será “potencializar el talento” de los artistas, así como el de las comunidades de cada colonia, cada delegación, a través de una metodología como la del Planet Youth; es necesario entonces pedir a Mario Esteban, titular del ICL lo que sigue:
Que lea la defensa e ilustración del teatro en el tiempo presente que propone Enrique Díez-Canedo en El teatro y sus enemigos (1939) para que tenga una base formal histórica de cómo los fuertes y empingorotados agregados culturales han abollado nuestro sistema desde antes que él llegara otra vez a mirar solo el arte contemporáneo desde su anquilosada silla.
Que lea la sección de programas y eventos de 1976 del libro Anatomía de León (1975) de Antonio Rivera Tafoya donde: “Por primera vez en León se desarrollará el teatro en toda forma y este concepto vendrá a aclarar situaciones derivadas de la escena cultural del público que asista a las obras. Hasta hoy se puede decir que el público se reparte así: a) El ilustrado; b) El ignorante, y c) El necio”.
Que páginas más adelante lea también en el libro de marras, la sección cultural, para que se de cuenta que ya hubo “el redescubrimiento de la autenticidad leonesa y el interés generalizado de difundir su carácter y sus formas a las diversas manifestaciones de la vida como condición primaria de participación vigorosa en el orden nacional”. Además de que “la civilización del leonés está unidad por la religión, por el pudor, por la benevolencia y por la justicia. Esto es un conjunto feliz, de sólido nacionalismo y de provechoso universalismo”.
Que se eche un clavado al poema de Liborio Crespo alto poeta yucateco vecino de León, en el libro León. Trayectoria y destino (1990) de Mariano González-Leal, que le compuso al nuevo centro penitenciario, hoy Museo de las Identidades Leonesas, MIL otrora ex cárcel municipal, para que sepa hemos tenido mejor visión de un planeta joven, sin delincuencia y sin drogas, por aquello de “que cien mil abejas/ tienen que hacer un panal”.
Que, ya entrado en gastos, si su gran presupuesto como funcionario le permite, gaste un poco de tiempo en leer A la ciudad de León de Rubén M. Campos aparecido también en el libro del fedatario número uno de Guanajuato para que sepa de “la unión y la hombría/ de tus gremios, que inscriben un ¡alto! En su pendón,/ y se detiene ese ¡alto! La discordia y la orgía/ de pasiones que matan toda organización”.
Que vea que el centro del problema, tiene que ver con la cultura, parece estar en no saber reconocer la igualdad, la democracia y el respeto que tenemos en León.
Juan Carlos Porras