El coronavirus ha generado una emergencia sanitaria y económica global. En Estados Unidos, este contexto ha empujado a las autoridades a aplicar diferentes medidas. Por ejemplo, la Reserva Federal redujo en 50 puntos base su tasa de interés con el propósito de calmar a los mercados e incentivar la inversión. A pesar de esta reducción, los mercados siguieron cayendo. Asimismo, el paquete económico aprobado en el Congreso no es suficiente dado que dejará al 80% de los trabajadores del sector privado sin cobertura médica y sin recibir un pago por ausencia mientras dure la emergencia.
En México también hubo reacciones. El Banco de México redujo su tasa de interés interbancaria en 50 puntos base. Por otra parte, la Cámara de Diputados aprobó un fondo de emergencia de 180 mil millones de pesos creado a partir de una reducción del superávit primario de las finanzas públicas, cuando este se registre.
Sin embargo, el fondo basado en una disminución del superávit no añade más capacidad de gasto al gobierno mexicano, el cual tiene soberanía monetaria como lo establece la Teoría Monetaria Moderna. Además, no existe un plan a detalle sobre cómo se empleará ese recurso. Tanto en México como en Estados Unidos, la reducción de las tasas de interés solo tendrá un efecto placebo.
A nivel local, ya se empieza a sentir cierta incertidumbre. En el sur de Tamaulipas, los dueños de diversos negocios iniciaron una campaña para alentar a las personas a consumir sus productos y servicios.
Entonces, bajo esta crisis, ¿qué deben hacer los gobiernos? Las autoridades tienen que tratar esta emergencia como si fuera una guerra. Tal como sucedió en la Segunda Guerra Mundial (SGM) en Estados Unidos. Particularmente, en la SGM se reconoció que un gobierno con soberanía monetaria,como el de México, no necesita de los ingresos tributarios para gastar en todo lo que necesite la economía para combatir una emergencia. Por el contrario, la planeación de la estrategia debe concentrarse en el desarrollo de la capacidad real de la nación (trabajo, equipo e infraestructura hospitalaria, energía, etc.)
Así es como debe actuar el gobierno mexicano. Debe usar el poder del peso para movilizar masivamente recursos reales y proteger a todo el país. Usando al peso como instrumento financiero es posible proveer alivio económico a todas las personas ante la crisis del coronavirus. Por ejemplo, se pueden otorgar tarjetas de débito que suministren dinero a la gente y así puedan satisfacer sus necesidades mientras dure esta emergencia.
También será necesario que el gobierno desarrolle toda una estrategia que garantice un trabajo para todas aquellas personas que perdieron su empleo durante la crisis. Esto se puede lograr mediante un Plan de Trabajo Garantizado.
Es posible salir adelante de esta emergencia solo si las autoridades actúan pronto y reconocen que el peso mexicano no es limitado.