Con el marcador 1-0 a favor, Sergio Agüero recogió el balón, lo colocó sobre el manchón y pensó: es buen momento para dejar otro recuerdo en este estadio, en este equipo, y en esta ciudad. Sin embargo, olvidó que no hacía falta recordarle a la afición del City quién es el Kun. Llena de aciertos y errores, como la de cualquier jugador, su carrera es fundamental en la historia de un equipo que ha jugado muy bien al futbol. Al Kun no le hacía falta cobrar un penal con ese descaro, pero se atrevió, falló, y su equipo perdió. Desde que Panenka cobró aquel penal inmortal, es imposible recordar a todos los futbolistas que cobraron un penal de forma similar. Los penales a lo Panenka perdieron gracia y asombro, ya nadie habla del que lo mete, sino del que lo falla.
Existe tanto futbol alrededor del mundo y sobre la línea del tiempo, que quedan muy pocas cosas por ver. Cada vez son menos los jugadores que intentan algo nuevo, o que inventan una jugada para patentar. Causa vértigo pensar que, en un deporte tan popular, quede poco por ver y por saber. En épocas de Higuita y Jorge Campos, a ese tipo de futbolistas que rompían los moldes y las reglas les llamaban locos, irresponsables o cirqueros. Ahora, cuando más se les extraña, les llaman genios. Pero la ortodoxia del juego pudo más que las excentricidades y esa especie de futbolistas a pesar de ser brillantes, no hicieron escuela. En parte porque fueron únicos y en parte, porque muy pocos son capaces de hacer lo que ellos hacían. Pensemos en el escorpión de Higuita o en Campos encabezando un ataque como portero goleador en un partido de nuestros días, y parece imposible de creer.
En el fondo, hay jugadores que siguen intentando cambiar el ordende las cosas
Hace falta poner nombre a esa posición en los equipos que nadie se atreve a definir: el loco. Existen, están ahí, pero cuando les preguntan, ninguno contesta que juega de loco por izquierda o loco central. Alinear un loco, por lógica, puede ser una locura. Pero ¿quién en su sano juicio no busca futbolistas capaces de hacer lo que nadie espera? Por eso, la próxima vez que veamos a uno de ellos cobrar otro penal a lo Panenka, por más aburrido y repetitivo que nos parezca, pensemos que en el fondo hay quien sigue intentando cambiar el orden de las cosas. _
José Ramón Fernández Gutiérrez de Quevedo