Política

La lengua de los abuelos

Francisco Toledo platica con la poeta Araceli Mancilla y el traductor del zapoteco Víctor Cata. Ocupan una mesa en el patio del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), en la calle Macedonio Alcalá, frente al ex Convento de Santo Domingo.

Es mediodía, afuera hace un calor intenso, pero aquí, rodeados de plantas y bajo la sombra de un árbol, el ambiente es fresco, agradable; se escuchan risas de niños y adolescentes. Entran y salen, llegan a hacer la tarea en la biblioteca o a tomar algunos de los talleres programados por la institución.

Toledo escucha a sus colaboradores, hablan del número de la revista El Espulguero, dedicado a la educación, una de sus grandes preocupaciones. Revisan también materiales de proyectos editoriales encaminados a preservar las lenguas originarias de Oaxaca y, a través de ellas, sus tradiciones e identidad.

El artista juchiteco, con el pelo alborotado, la camisa y el pantalón arrugados, los zapatos martirizados por tanto uso, interrumpe su trabajo para responder las preguntas del cartujo, extraviado por esos caminos de Dios.

Amable, parco, explica su interés por la defensa del zapoteco, a través de libros, material didáctico, talleres y becas para traductores. Dice: “Mi padre nació en Juchitán y mi madre en Ixtaltetec, ellos hablaban zapoteco, la lengua de los abuelos. Entonces siento el compromiso de revitalizarla, difundirla, hacer que no se pierda. Esto tiene un ingrediente sentimental, desde luego”.

Pero su tarea no se agota en la lucha por preservar el zapoteco, incluye el mixteco, el mixe, el huave, el ixcateco —“la lengua con más riesgo de extinción en Oaxaca”, comenta Araceli Mancilla.

Cuando se le pregunta cuál es la importancia de este esfuerzo en un mundo globalizado, donde la mayoría solo se interesa en aprender inglés, Toledo cede la palabra a Víctor Cota, quien explica: “En nuestros talleres enfatizamos la importancia de ser multilingües. En el Istmo no se hablaba un solo idioma. En Tehuantepec, la capital de los zapotecos, se hablaba náhuatl, mixteco, chontal, mixe. Por eso siempre, en nuestras clases, recalcamos la importancia de la diversidad lingüística y cultural”.

¿Cómo sostener un proyecto de esta naturaleza? Con su habitual voz baja, ya en el restaurante de la hermosa casa del siglo XVIII donde se aloja el IAGO, una de sus creaciones más emblemáticas, Toledo responde: “La parte económica es difícil, pero lo es más que nuestro material llegue a las manos de los niños de las comunidades, que los maestros los usen y difundan. Porque al final de cuentas, lo hacemos en una máquina que tenemos aquí y no es tan caro… En la entrada (del IAGO) tenemos una tienda, vendemos papalotes y chácharas, de ahí sacamos dinero, además de lo que yo produzco como artista. En ocasiones recibimos apoyo de la Fundación Alfredo Harp Helú”. Toledo hace un paréntesis, reflexiona, concluye: “Imprimimos y regalamos el material, pero muchas veces no llega a donde debería”.

No llega por una situación absurda. A través del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), impulsado también por Toledo, su hija Natalia y Víctor Cota han organizado, entre otros en diferentes partes del estado, talleres de traducción de zapoteco para los alumnos de la Normal Bilingüe e Intercultural de Oaxaca, “para que cuando los chicos egresen —dice Víctor— retornen a sus comunidades a compartir sus conocimientos”. Pero esto casi nunca sucede. “Los maestros —continúa— no son asignados a los lugares donde tendrían que estar para que se aproveche lo que han aprendido. Por ejemplo, a los que hablan zapoteco del Istmo los mandan a la Sierra Norte, donde se habla otra de las cuatro variantes de esta lengua. Es como si mandaran a un portugués a dar clases de italiano, nadie les entiende”.

Tanto el gobierno estatal como la Sección 22 de la CNTE han sido indiferentes a esta situación, quizá por no ser redituable políticamente.

De Esopo y otras fábulas

Oaxaca es un estado con una riqueza lingüística impresionante y Toledo tiene una idea clara de cómo podría salvaguardarse. “La Normal Bilingüe —señala— podría ser el centro de difusión de las lenguas. Uno de los principales problemas es la escritura, porque a veces la gente no se pone de acuerdo sobre cómo debe escribirse cada lengua y desde la normal podrían establecerse reglas para una escritura oficial aceptada por todos.

“Las radios comunitarias bilingües también son importantes, pero el Estado las persigue en lugar de animarlas y darles vida. Hay que aumentar las publicaciones porque hay muy pocas; nosotros comenzamos a grabar algunos textos. Esperamos que nuestro material llegue a todas las comunidades, que lo repartan, que los niños hagan los ejercicios que vienen indicados, que escuchen los discos que hemos grabado”.

Uno de los proyectos editoriales más celebrados de Toledo es la publicación de las Fábulas de Esopo, traducido a las cuatro variantes del zapoteco, con un tiraje de 10 mil ejemplares (2 mil 500 para cada una). En esa edición, con dibujos del maestro oaxaqueño,participaron varias instituciones, públicas y privadas, y cuatro grupos de traductores. Es solo un ejemplo de un trabajo incesante en defensa de las lenguas nativas. “Es cierto —dice Toledo— que hay que aprender de otras culturas, pero también hay que consolidar y darle importancia a lo que es de uno”.

Queridos cinco lectores, buscando no resbalar en la trumpiana pendiente del chovinismo, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.

Google news logo
Síguenos en
José Luis Martínez S.
  • José Luis Martínez S.
  • Periodista y editor. Su libro más reciente es Herejías. Lecturas para tiempos difíciles (Madre Editorial, 2022). Publica su columna “El Santo Oficio” en Milenio todos los sábados.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.