A los 31 años, William MacDonald, nativo de Liverpool, Inglaterra, emigró a Australia en 1955, asentándose en Sídney, donde encontró decenas de parques y baños públicos que rebosaban de encuentros clandestinos de homosexuales.
Solo que MacDonald tenía gustos más extravagantes.
En 1961, en la ciudad de Brisbane, MacDonald trabó amistad con Amos Hugh Hurst, de 63 años, quien fue estrangulado en el interior de su departamento.
El 4 de junio del mismo año, la policía rescató un cadáver desnudo en unos baños públicos. El cuerpo de Alfred Reginald Greenfield presentaba más de treinta puñaladas y sus genitales habían sido brutalmente cercenados.
Ernest William Cobbin, de 37 años, quien horas antes de su muerte había bebido cerveza con un desconocido, fue sacrificado y mutilado en un baño público en Moore Park. MacDonald se puso un impermeable de plástico para evitar que la sangre salpicara su ropa de calle.
En 1962, un hombre que caminaba con su perro encontró a Frank Gladstone McLean desangrándose en la calle. El samaritano corrió para buscar ayuda, lo que fue aprovechado por MacDonald para apuñalar de nuevo a Gladstone, bajarle los pantalones y cortarle los genitales.
En Concord, MacDonald, con el nombre de Alan Edward Brennan, compró un local donde vendería emparedados. El negocio nunca abrió, pero en su interior el individuo abandonó el cuerpo de Patrick Joseph Hackett.
El cadáver permaneció tres semanas en el inmueble. Una serie de malas pesquisas condujeron a que la policía asumiera que el cuerpo pertenecía a Brennan.
Sin embargo, Brennan (MacDonald) estaba más vivo que nunca. Regresó a la ciudad de Sídney con la idea de seguir matando. Sólo que en esa ciudad se encontró accidentalmente con un antiguo compañero de trabajo quien le dijo: “Creí que estabas muerto”.
El amigo fue a la policía y al Daily Mirror a denunciar al sospechoso. El periódico tituló su serie de artículos como “El caso del cadáver ambulante”.
La presión mediática obligó a las autoridades a exhumar el cadáver de Gladstone y comprobar que habían dejado ir al asesino.
MacDonald fue detenido en Melbourne, donde trabajaba en los ferrocarriles con el pseudónimo de David Allan. En 1963 fue condenado a cinco cadenas perpetuas. El mutilador murió en prisión en 2015.