Política

Regreso a la Jauja de su melancolía

Bartra, el teórico de los intelectuales orgánicos, impuso la “deriva autoritaria” como pretexto para el texto narrativo en contra de Andrés Manuel López Obrador y la 4T

Autoengañados, se erigieron como la conciencia de la tribu, pero despreciaron a la tribu. Intelectuales a la deriva y su deriva intelectual, comprables, intelectuales orgánicos de baja intensidad. La gesta de José Vasconcelos, Octavio Paz, Carlos Monsiváis, José Revueltas… tuvo su correlato en un simple gesto del cubículo de Academia o de gerencia de revista cultural. Así Héctor Aguilar Camín, así Enrique Krauze, así Roger Bartra.

No puedo evitar la parodia a Krauze quien aseguró, con razón, que la sociedad mexicana rechaza la integración del intelectual al poder: “Príncipes poetas, avatares del ciuacóatl, letrados de la corte, teólogos del dogma reaccionario, consejeros áulicos, gallos que quieren maiz, -apapachos-, agarrados de las tripas, firmantes de pactos tácitos, becarios del presupuesto, embajadores de lujo, ministros sin (o con) cartera, viajeros de primera clase en ‘aviones de redilas’, tinterillos a sueldo, ideólogos, voceros, asiduos. La misión de los intelectuales orgánicos no fue la de criticar, fue la de aplaudir” (Cfr. Tiempo contado, editorial Océano, p. 257).

Bartra, el teórico de los intelectuales orgánicos, impuso la “deriva autoritaria” como pretexto para el texto narrativo en contra de Andrés Manuel López Obrador y la Cuarta Transformación. Su anquilosado libro Regreso a la jaula. El fracaso de López Obrador es el mayor ejemplo de deshonestidad, insensatez intelectual y lectura-ficción de la realidad de este sexenio. Roger tendría que preguntarse, y responder, no “¿por qué ganó López Obrador?” en el 2018, sino “¿por qué ganó Claudia Sheinbaum?”.

Para Bartra en “2018 se produjo un extraño regreso a la jaula con el triunfo de un movimiento populista de signo reaccionario”. Lo que no advirtió el sociólogo fue el movimiento popular de signo revolucionario, democrático; no arribó ningún autoritarismo, llegó un poder autorizado respetuoso de los otros Poderes, incluyendo al corrupto Poder Judicial. Los intelectuales orgánicos fueron confrontados desde la tribuna mañanera en un diálogo circular que no entendieron, pero sí rechazaron y, victimizados, su delgada piel se sintió insultada. Existió confrontación de ideas y hasta sarcasmos presidenciales, nunca persecución política y menos coacción física. Aun así, los intelectuales de Letras Libres y Nexos calificaron a López Obrador de autoritario y tiránico, a pesar de que su libertad de expresión y manifestación nunca fue conculcada.

Para Bartra, la Cuarta Transformación es un extravagante “retropopulismo”, pero nunca demuestra que las políticas públicas de AMLO reproducen las de Luis Echeverría y José López Portillo. “Cuando llegó la sana incertidumbre democrática, cundió la desilusión”, advirtió erróneamente Bartra. Si así fue, ¿por qué seis años después la mayoría de los ciudadanos siguen ilusionados y votaron masivamente por Claudia Sheinbaum?

Sin acentos parroquiales, el politólogo francés Alain Rouquié tiene otra visión: “Visto desde afuera, los mexicanos lo votaron de una forma tan aplastante por un tema de confianza, votaron a un señor al que temían algunos años antes y por razones obvias de experiencia, de voluntad, de transparencia también (…) Él es posneoliberal, lo que significa que es neoliberal porque no hay otra. Ser posneoliberal es aceptar algunas cosas que no puede cambiar y cambiar las que puede…”.

Estos intelectuales se acomodaron en la Jauja del neoliberalismo. Nunca criticaron lo suficiente la deriva autoritaria de la caída del sistema (Salinas), el golpe tiránico contra el Poder Judicial (Zedillo), la transición clausurada (Fox), el “haiga sido como haiga sido”, la guerra de sangre y la mordaza acatada sin respingos (Calderón), el regreso del PRI como una gran broma corrupta, represiva y la “meta representación” del Pacto por México (Peña Nieto).

La prolongación de la 4T los encuentra malhumorados, resentidos, desilusionados, amargados; el desasosiego los corroe. Al contrario de los vaticinios del profeta Bartra y sus secuaces, el 2024 atrajo millones de votos para Sheinbaum, mucho más que los obtenidos por AMLO. Intelectuales de baja intensidad, “retroneoliberales”, añoran su Jauja melancólica, impúdica, como jaula de PRIAN y tan nostálgicos, como Krauze, de la dictadura perfecta.

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José Jaime Ruiz
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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