
Ahora sí parece que han descubierto vida en otro planeta. Un descubrimiento que, por cierto, ya habían hecho los Rolling Stones, no con el súper telescopio Webb de los astrónomos, sino con la imaginería propia de la era psicodélica, cuyo instrumental operaba a la inversa: no veían los planetas en el cielo, miraban hacia adentro de ellos mismos y ahí descubrían el espacio: no el exterior sino el interior. Dejémoslo así.
La vida extraterrestre palpita hoy en el planeta K2-18b, que está en otro sistema solar, a 120 años luz de la Tierra. En cambio el planeta que descubrieron los Rolling Stones, en su álbum Their Satanic Majesties Request (1967), está a 2 mil años luz de nosotros (“2,000 Light Years From Home”), lo cual ilustra el alcance de sus telescopios, o de lo que sea que hayan usado para ver tan lejos.
Los astrónomos, un equipo mixto de la Nasa y de la Universidad de Cambridge, detectaron efluvios de un organismo idéntico al alga marina, que provienen del mar, en el que bulle la vida, que cubre el K2-18b. El planeta de los Rolling Stones, por su parte, está cubierto de océanos ardientes (fiery oceans), de fondo verdoso como la arena verde del desierto (green desert sand), revela la canción, de lo que se deduce que también están plagados de algas.
El telescopio Webb localizó, en las emanaciones que suelta el K2-18b, grandes cantidades de dimetilsulfuro, un compuesto organosulfurado que sólo existe donde hay vida y, en este caso, donde hay mucha vida pues estos astrónomos han concluido que el K2-18b tiene más dimetilsulfuro que la Tierra, un detalle que los Stones zanjaron con una sola estrofa clarificadora: la energía aquí está en todas partes (energy here in every part).
Justamente cuando estos astrónomos, por fin, han descubierto la vida extraterrestre, el gobierno de Donald Trump recorta el presupuesto de la Nasa y los deja, y a nosotros también, sin comprobar la existencia de esos desiertos rojos y helados que se vuelven oscuros (freezing red deserts turn to dark), que en su tiempo ya avistaron los Rolling Stones.