Todos los días salgo muy temprano a correr. Es un hábito que tengo por años. Es una práctica que me ha ayudado mucho física y mentalmente. Es algo que disfruto mucho a tal grado que cuando dejo de correr siento que algo me falta por hacer.
Lo hago en las mañanas y muy temprano porque trato de ganarle al sol. Trotar después de las 8:00 a.m. es una tortura peligrosa en el sur de Tamaulipas.
Sin embargo, en los últimos días se ha sentido un calor infernal. A pesar de que me levanto temprano para no toparme con el sol, las mañanas se han sentido extremadamente calurosas.
Voy a la mitad de mi rutina empapado de sudor, fatigado, agobiado, y con un deseo enorme de querer llegar ya a la meta. Siento el calor que aún emiten el pavimento y asfalto. Calor que absorbió el piso por los rayos solares del día anterior. Es toda una experiencia que no había sentido antes.
En las noticias se habla de una fuerte onda de calor. Tamaulipas es uno de los estados más afectados por esta situación. Se reportan casos de personas fallecidas y hospitalizadas por el intenso calor que se vive en la región. Diversas zonas tamaulipecas han llegado a tener una sensación térmica por arriba de los 50 grados centígrados.
Ante este contexto, el gobierno de Tamaulipas se reunió de urgencia para tomar medidas para proteger a la población.
¿Qué está pasando? Para el Dr. Luis Zambrano, reconocido investigador tampiqueño del Instituto de Biología de la UNAM, la ola de calor que estamos enfrentando es un fenómeno complejo, pero tiene que ver principalmente con los impactos combinados de los fenómenos naturales atmosféricos y el cambio climático provocado por el ser humano.
Específicamente, Zambrano establece que esta ola de calor es el resultado de toda una mezcla de efectos generados por el cambio climático, el fenómeno de El Niño, la falta de polvo del Sahara sobre el Atlántico, y el vórtice en México.
Para el científico tampiqueño, es importante desde ahora tomar acciones contundentes que pongan un freno al agravamiento de este problema. Zambrano considera fundamental realizar medidas desde un nivel local hasta el global.
Por ejemplo, en las ciudades se deben aplicar estrategias radicales que vayan encaminadas a restaurar zonas verdes y cuerpos de agua. Los árboles y cuerpos de agua son parachoques naturales que amortiguan los embates de estas olas de calor, señala el investigador.
Son muchas las advertencias sobre el agravamiento del escenario ambiental. Ante esta adversidad, es fundamental que México ponga en marcha un gran Pacto Ambiental y Social acorde a las necesidades del país y de los grandes retos mundiales.
Este acuerdo debe tener una visión integral a largo plazo que incluya acciones a ejecutar de forma inmediata. A nivel ciudad es esencial que ante la crisis climática los gobiernos locales cambien sus políticas de desarrollo turístico.
Se tienen que rediseñar las estrategias y enfocarlas a proteger los recursos naturales por encima de la construcción de infraestructura turística nociva.
Se trata de que los gobiernos adopten una actitud inflexible ante las actividades comerciales que despojan a las regiones de sus ecosistemas y de los servicios ambientales que proveen.