Ha transcurrido ya casi año y medio de pandemia, y en México hemos sido incapaces de adquirir un aprendizaje colectivo que nos permita adaptar conocimientos, normas e instituciones a una nueva realidad que llegó para quedarse. Hemos llegado al colmo de que los palos de ciego de las autoridades nutran el anecdotario y que los cientos de miles de muertos se conviertan en simples cifras de una estadística.
Con mucho, el desorden existente en el combate a la pandemia es producto de desajustes institucionales y vacíos legales: a nivel federal, todo está centralizado en una sola persona. Si bien, la Ley de Salud reconoce al Consejo de Salubridad General y a los gobiernos de las entidades federativas como autoridades sanitarias, a estas dos instancias no se les toma en cuenta en el diseño de las políticas y estrategias para hacer frente al virus del SARS-CoV- 2. Más aún, en la Ley no existe esta enfermedad transmisible, cuando sí aparece de manera profusa el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Así, vemos como normal que normas, prácticas e instituciones se encuentran desfasadas de la realidad.
En Jalisco, las cosas no son diferentes: los municipios solo pueden actuar como autoridad sanitaria mediante un convenio que firman con el gobierno del estado, sin que ninguno lo haya hecho. Se ha tratado de tomar decisiones colegiadas en una llamada “Mesa de Salud”, que no es autoridad sanitaria, y mucho menos competente, tanto por carecer de atribuciones legales como por el origen ilegítimo de su existencia. Se ha hecho normal que esa famosa “Mesa” tome determinaciones sobre el derecho de reunión, esparcimiento, libre culto y educación; mismas que luego los ayuntamientos y el Ejecutivo local hacen cumplir. Sorprende que ni el Congreso del Estado, los ayuntamientos, las Cámaras empresariales, ni sociedad civil, digan algo y acaten sin chistar las decisiones de un ente que no es legal ni legítimo.
Si bien en el ánimo del gobernador puede estar el hacer colegiada la toma decisiones, lo más adecuado sería que se creara en la Ley de Salud un Consejo Estatal para el virus, así como existen Consejos para el trasplante de órganos, o contra las adicciones, entre otros.
Es tiempo ya de que dejemos de ver como transitorio algo que va a ser permanente y como normal lo que no es legal.
Javier Hurtado