De acuerdo a nuestra Constitución todos tenemos la obligación de “contribuir para los gastos públicos (…) de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes”. Precisamente, durante los meses de marzo y abril debe hacerse la declaración anual de impuestos. Es de obvio entendimiento que a nadie le agrada hacerlo. Una cosa es mostrar inconformidad con ese deber y otra hacerse la víctima y llamarse robado.
Nunca, desde que tenga memoria, había conocido el caso de un evasor fiscal que, con desplante de impunidad, lance ironías, burlas, diatribas y toda clase de improperios contra autoridades legítimamente constituidas. Se podrá estar en desacuerdo con lo que se le cobra; pero, aquí y en cualquier país del mundo, faltar el respeto y lanzar dicterios contra quien jefatura la asociación política llamada Estado, es escupir para el cielo, ofenderse a sí mismo y a todos sus integrantes.
¿Cómo asumirse adalid de la anticorrupción, cuando se es un caso culmen de corrupción?; ¿cómo asumirse defensor de las libertades, denigrando a las instituciones gubernamentales, que son las únicas que pueden garantizarlas?; y ¿cómo decirse defensor del Estado de derecho, incumpliendo con sus obligaciones fiscales?: “hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”. Eso, por lo que corresponde a sus principios (si evadir impuestos puede llamarse “principio”). Empero, en un plano más personal, debe ser un terrible conflicto existencial criticar al gobierno en turno y tener una hija que fue diputada y senadora de uno de los partidos de la coalición de “gobiernícolas”. Y por cierto, ¿ya le pagó a Raúl Salinas de Gortari los 29 millones 700 mil dólares que según dice le “prestó” para “comprar” Televisión Azteca? Parece que enriquecerse de las concesiones del Estado, servirse del dinero ajeno, y de los impuestos que todos pagamos es su forma de vida.
No es lo mismo ser empresario que concesionario; y crear empresas, que explota concesiones del Estado. En algunos lugares, a quienes tramitan permisos o licencias se les llama “coyotes”; y al sistema donde el poder político crea “empresarios”, se le conoce como “capitalismo de cuates” o “de coyotaje”.
Se le propone un acuerdo para pagar los más 60 mil millones que debe, y despotrica; cuando Miguel Alemán Magnani, por un adeudo 20 veces menor, es prófugo de la justicia.
Ya que quiere debatir, póngale fecha y hora, y hablemos de Estado de derecho, democracia y libertades. ¿o va a salir con que como no soy de su clase, se va a echar para atrás?