Yo no voy a decir que era el “amigo del alma”; o, el “hermano” de Aristóteles (para mí, era Aristóteles, porque ese fue el nombre que acordamos utilizara como candidato a Presidente de Guadalajara, ya que el del PAN también se llamaba Jorge). Tuve el honor de que me encomendara la elaboración de su plataforma electoral, y de recibir en su nombre el Ayuntamiento, después de su triunfo electoral.
Compartí con él –y con algunos de sus verdaderos amigos– proyectos, más que posiciones o ambiciones. Luego, como en toda campaña (porque ahí se suma y se multiplica) llegaron los oportunistas; los negociantes; los “creativos”; los que únicamente veían dinero y bussines. Lo patético es que a esos últimos ni siquiera les alcanzó para publicar una esquela digna.
El sábado por la mañana en la capilla de velación, al salir el catafalco, presencié escenas desgarradoras de gente espontánea del pueblo que le lloraba a grito abierto. En el trayecto hasta Palacio de Gobierno, familias enteras aplaudían y tomaban videos al paso del convoy. Nunca olvidaré el caso de un ciudadano que con una carpeta –de esas de la papelería– utilizándola toda a lo ancho escribió: “Aristóteles: Te queremos. Descansa en paz”.
Tan reprobable es tratar de lucrar con su homicidio, como especular sobre las motivaciones de los sicarios (no puedo decir razones, porque eso es irracional). Estoy seguro que el gobernador Enrique Alfaro y el fiscal Gerardo Solís, llevarán a fondo las investigaciones para castigar a los culpables, quien sea que hayan sido.
Nada va a regresarle a su familia a su ser querido, quien durante varios meses fue evaluado como el mejor gobernador de México, por encima del entonces Presidente de la República. Por cierto, ¿tampoco a Peña Nieto le alcanzaron los votos y beneficios que le dio Aristóteles para enviar una condolencia?
Quizá los mismos que lo asesinaron, hicieron que no pudiera inaugurar durante su gestión la Línea 3 del Tren Ligero (que fue su compromiso de campaña desde 2008), ni que cristalizara su propuesta de innovación al interior del PRI.
De elemental justicia, y la mejor manera de honrar su memoria sería que la Línea 3 del Tren Ligero, o alguna de las avenidas por las que transcurre, llevara su nombre. Descanse en paz Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.