Antes que nada quiero agradecer de todo corazón a mis queridos amigos y camaradas, el doctor Lorenzo Meyer (eminencia superior al que considero desde siempre mi maestro), al gran Rapé (querido y solidario Monero con el que siempre estamos en constante conciliábulo para hacer compló) y mi juglar de confianza, mi gurú preferido y queridísimo hermano Mamut, Fernando Rivera Calderón. Ellos fueron los guías espirituales y radicales libres en la presentación de mi libro Haz patria, educa a un derechairo que, como todos sabemos, se puede catalogar como un ejercicio de superación personal para derechosos remisos y remensos, que no son pocos. Por supuesto, todo mi cariño a la gente que estuvo reunida la tarde-noche de ayer en la librería El Sótano de Coyoacán, donde todo fue fiesta, música, risas, alegría y color.
Cabe aclarar que ningún fanático de Kinky Téllez, Calderón, la Rabadán, Fox, Rementiría, Monreal (su frase fundamental casi ni es cursi: “Lo que me detiene en Morena es mi respeto por el presidente”), Claudio XXX, Zambranitititito, Markititititio, Álvarez Y Guasa o las tías prianchuchistas con piolines de mi Tatankita Córdova y Murayamasamí fueron lastimados en la realización de este performance. Bueno, unos raspones nada más.
Dicho lo cual, quiero reconocer que me ha parecido muy pertinente por parte del sector opositors, que a través de un complejo y acomplejado rito satánico, lograron la resucitación de ciertos emisarios del pasado, que han salido de sus tumbas políticas para esparcir terror y toda clase de truculencias, en estos días de Muertos y Halloween.
Sin duda, ha sido una dicha ver cómo disfrazado del Conde Drácula región 4, el expresichente defendió al Fobaproa y al neoliberalismo como un perro. Lo más alucinante es que, de manera inesperada, directamente desempaquetado de su sarcófago, apareció el señor Lalo Sojo, el ex secre del expresichente Jelipillo en materia económica, gran impulsor de la Biblia neoliberal a niveles de secta satánica, luego de estar muy calladito en el CIDE donde las momias capitalistas hacen su nido en su heroica lucha contra la dictadura Macuspánica.
Muy padre que Sojo saliera de la Casa del tío Chueco, para acusar a la Cuatroté de pagar altísimo el servicio de la deuda impagable que él y sus amiguis contrataron con los agiotistas del FMI a través de contratos leoninos y lo que le sigue.
A Sojo en su regreso, le fue como al Toluca con el Pachuca.
Jairo Calixto Albarrán
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