El estriptís antipatriótico de la Loca Academia de Miramones Derechairos Anexos y Conexos con el PRIAN ha culminado con una encantadora coreografía a lo Emilia Pérez, donde al final Kinky Téllez acusó a todos los comunistas de la Cuatroté de ser narcos, incluyendo hasta a sus hijos no natos. Y a falta de megáfono, la sensata panista sacudió con fervor una campana. No sabíamos que la senadora se ayudaba trabajando en un camión de la basura. Al rato va a llevar al trabajo una corneta de tráiler. Al tiempo.
Lo que antes era divertido en la oposición, cada vez se vuelve más predecible. Por eso al ritmo de aranceles por aquí, aranceles por allá, la derechairiza se puso como Cascabel Hernández. Los paleros de Alazraki repudiaron la convocatoria en el Zócalo de la presidenta Sheinbaum y, echando espuma por la boca, anunciaron que no contarán con ellos. (No se rían).
Y por supuesto quienes acudan serán una bola de acarreados, bla bla bla.
Mientras en Canadá los opositores apoyan a Trudeau y reniegan de Trumplandia, la oposición nacional espera el llamado de Donald sentados en los banquitos de Chiflano Aureoles. Para variar, no habría estado mal que Marktitito Cortés y Anayita hubieran salido a dar aunque fuera un tibio sostén, en lugar de asegurar que para escapar del apocalipshit de los aranceles hay que cancelar la reforma al poder Perjudicial. Sí, claro, para empoderar a la acabada ministra Piña. Esa lógica reguetonera solo la tiene Alitititito Moreno, pero es por culpa del botox. Seguro en sus blúmeres traen las siglas de los MAGA.
Ahora, lo único divertido es que a intelecuáles como Leo Suckerman les encanta que la izquierda defienda al libre mercado implementado en la época neoliberal. El nada ingenuo charlatán no alcanza a comprender que “no se puede vivir en el capitalismo salvaje con las reglas del comunismo primitivo”. Parece que solo sobaquearon los libros de Adam Smith, Milton Friedman y Charlie Marx.
Todo huele a que Trump va a recular con lo de los aranceles. Ya vio que aún sin aplicarlos la economía yanqui se tambalea, los peces gordos comienzan a inquietarse, se desploman los índices macroeconómicos y la inflación se va a desmecatar. Al agente anaranjado ya lo abuchearon en el Congreso.
Me dicen que la Loca Academia de Miramones del fundamentalismo prianista armó ritos satánicos para que la cosecha de aranceles nunca se acabe. Al unísono invocan bailando a los aranceles por aquí, aranceles por allá.
