Los transmigrantes que provienen de Centroamérica, Sudamérica y hasta de África y Asia, son víctimas de graves atropellos al cruzar por el centro del país; así como en la parte sur y en la frontera norte.
Por carecer de una identificación que acredite una nacionalidad, los transmigrantes que pasan por rutas mexicanas están expuestos a violencia racial y deshumanizante.
La historia de rechazo, expulsión y limitantes contra los migrantes es vergonzosa. Las acciones contra los migrantes comienzan en Estados Unidos y continúan en México con la colaboración de las autoridades y de diferentes redes delictivas.
En las rutas que pasan por territorio mexicano y, en particular, por estados como Puebla, en su camino hacia Estados Unidos, los llamados "sin papeles" están padeciendo un aumento de violaciones a sus derechos humanos, desde el libre tránsito hasta el derecho a la salud y la vida.
Uno de los investigadores que analiza la situación de los migrantes es Guillermo Yrizar Barbosa, especialista en Asuntos Migratorios del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana Puebla, quien explicó que, en medio de un ambiente de agresiones, es necesario que se mantenga el respeto a los derechos de las personas en movilidad que solo buscan mejores condiciones de vida en un lugar distinto al que nacieron.
Los migrantes son víctimas de una máquina de deportación, de un sistema complejo sociopolítico de control que funciona para separar a las familias, denunció el especialista.
Para el investigador, es fundamental que todos los sectores de la sociedad promuevan la defensa de los derechos humanos de todas las personas sin importar su nacionalidad.
Tanto en territorio mexicano como en la frontera y en los estados del sur de Estados Unidos, los abusos hacia los migrantes están en aumento.
Ante esta máquina de deportación y expulsión, los transmigrantes viven en medio de la vulnerabilidad por la ausencia del respeto a los derechos humanos.
Al final, los "sin papeles" están experimentando múltiples formas de violaciones, es decir, de acciones de violencia en el ejercicio del poder público y social que los colocan en un estado de vulnerabilidad. Ante el panorama, es urgente que se implementen acciones, con la colaboración de todos los sectores de la sociedad, para que se garantice el respeto a las personas.