Política

Hablemos de clase

Los temas del momento en todos los medios, incluidas charlas familiares y charlas de café, no pueden evitar el asunto de las dos candidatas a la presidencia de México. En varias de mis columnas anteriores me he referido en particular a una de ellas. Su nombre de origen náhuatl significa flor en español. Yo la llamo flor silvestre, le agrego el vocablo silvestre debido a su personalidad un tanto cuanto rústica. Lo rústico es complemento de lo agreste. Lo agreste es silvestre (RAE).

Todos aquellos que participan en la polaca y pretenden un cargo público de altura, deben actuar con clase. Aunque muchas tendencias vayan y vengan, la clase siempre estará vigente. Tener clase nada tiene que ver con el dinero. La clase es complemento de la buena educación y las buenas costumbres. La clase se adquiere en el entorno donde fuimos criados o donde nos desarrollamos.

Equivocadamente algunos suponen que ser miembro de “la alta sociedad” significa tener clase. La clase nada tiene que ver con el dinero. Recientemente en Estados Unidos hubo un presidente multimillonario al que le sobran dólares, pero… no tiene clase. Cualquier semejanza con Donald Trump es deliberadamente intencional.

Tener clase es comportarse con dignidad. La dignidad es parte del valor consustancial del ser humano. No es una cualidad otorgada por alguien. Cualquier persona que aspire a presidir una nación debe ser digna en todo momento, para que esa cualidad se convierta en elemento clave de su personalidad. Su código de conducta debe regirse por normas, ética y valores. Su elocuencia debe ser moderada, evitando incluir en sus discursos palabras altisonantes, particularmente majaderías.

No es mi intención plasmar en este texto un compendio de buenas maneras, simplemente es una pretensión, más bien un sueño que me encantaría se hiciera realidad ante el distorsionado panorama que estamos contemplando a partir del brote de la flor silvestre. Ella está en la carrera por la presidencia de México sin haber tomado antes un curso de buenos modales. En un hipotético y remotísimo caso de que la flor silvestre llegara a la presidencia, ¿qué tan dignamente nos representaría en reuniones de jefes de Estado?

 

Colofón

De acuerdo a las leyes de nuestro país, la flor silvestre tiene todo el derecho a esa aspiración, pero debe cuidar sus modales. México debe estar representado por una persona que sepa comportarse con aplomo y distinción en cualquier circunstancia para que sea representante digna de nuestra nación. 


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Jaime Marín
  • Jaime Marín
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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