Lo he comentado en repetidas ocasiones en este espacio, la impunidad campeó durante décadas entre los funcionarios públicos mexicanos, se solapaban unos a otros, era una pandilla de facinerosos, quienes valiéndose de su posición en el gobierno saqueaban a manos llenas el dinero de las arcas de la nación.
Esa turbia práctica se institucionalizó durante 80 años, los deshonestos funcionarios dieron por hecho que jamás los llamarían a cuentas, todo mundo sabía quiénes eran, no les importaba que en lugares públicos la gente los identificara. Algunos de estos ejemplares son: Emilio Gamboa Patrón, Romero Deschaps, Manlio Favio Beltrones, Carlos Salinas, Fidel Herrera, Humberto Moreira… Ellos y muchos otros han estado en el candelero del desprestigio desde hace años. En las dos últimas décadas saltaron a la fama: Fox, Calderón, Peña Nieto, Luis Videgaray, Rosario Robles, Osorio Chong, Emilio Zebadúa… quienes siguieron las enseñanzas de sus antecesores, pero los superaron con creces.
En virtud de los muchos años que campeó la impunidad “oficial”, los individuos mencionados dieron por hecho que sus atracos quedarían ocultos por sécula seculorum. Hoy, la Unidad de Inteligencia Financiera, a cargo de Santiago Nieto ha identificado miles, si, miles de defraudadores que viven en la gloria disfrutando de lo mal habido. Entre ellos destacan: Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray; quienes al margen de ser enjuiciados por sus múltiples delitos, sus respectivas imágenes están totalmente devaluadas, nadie da un peso por ellos.
Para atenuar su chamuscón en el infierno, Emilio Lozoya ya empezó a cantar. Rosario Robles y Emilio Zebadúa recurren al criterio de oportunidad: “testigos colaboradores”, denunciarán las fechorías de sus contlapaches. Saldrán a la luz muchos de los atracos a la nación que se cometieron en la pasada administración. Rosario Robles destapará la caja de Pandora, dirá todo lo que sabe de la estafa maestra. Se ha dicho hasta el cansancio que en la polaca no hay amigos, ¿alguien lo duda?
Nuestro castigado país requiere de una nueva realidad. Una depuración profunda en las instituciones gubernamentales. No será fácil, están enquistadas, extirpar los quistes llevará años y mucho esfuerzo, no obstante, ya se han sentado las bases para implementar una limpieza a fondo. La nueva realidad requiere de la participación honesta sin excepción, de los servidores públicos en los tres poderes de la nación y en los 32 estados de nuestra república.
Colofón
La pandemia del covid-19 continúa ocasionando nuevos brotes y más fallecimientos en nuestro país. Es ahora mismo cuando se requiere que los mexicanos jalemos parejo. Olvidémonos de polarizaciones absurdas. Debemos sumarnos todos a la causa, es nuestra causa. Esta guerra solo la ganaremos con la colaboración integral de quienes habitamos este país. Acatemos responsablemente los protocolos recomendados por la OMS. Se trata de nuestro propio bienestar y el de nuestros familiares y allegados.
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