Aquí pudo haber novedad: que la administración municipal saliente administrada por Eduardo Rivera Pérez y Adán Domínguez Sánchez fuera si no tersa sí apegada a la cortesía con el equipo que viene encabezado por José Chedraui Budib.
Que se evitara esa malsana costumbre de, en el mejor de los casos, gastarse lo que ya no les toca ejercer. Y no, tan malos salieron los panistas como Claudia Rivera Vivanco, la ex alcaldesa de Morena, para administrar.
Ella pagó toda la deuda a cambio de que la ciudad quedara en ruinas o con obras sin terminar. ¿O alguien olvidó cómo dejó su administración las calles 8, 10, 12 y 14 Poniente-Oriente en el Centro Histórico de Puebla? Nadie puede decir que eso lo hace un buen administrador.
Ellos, Eduardo y Adán, no aprovecharon que no tenían deuda y gastaron con singular alegría incluso los recursos que no tenían. ¿Más Eduardo que Adán?, ¿menos uno que el otro? Cosa de revisar hasta dónde el primero dejó amarrado al segundo. Nadie los contrataría como administradores, eso es seguro.
El caso es que los tres se quedaron lejos de ser un outsider, ese que exitosamente puede gobernar sin afectar a su sucesor. Cedieron, tan apegados ellos a los libretos, a la dinámica de la política tradicional y al final, como siempre, los afectados son los ciudadanos.
Hasta este martes por la noche nadie sabe si el préstamo hasta por 600 millones de pesos que busca el gobierno municipal es para tapar un hoyo financiero o si el dinero está en caja y se intento hacerlo perdedizo. La información que están obligados a dar también les ha fallado.
¿Hay una crisis?, sí.
¿Hay quien la resuelva?, no.
No se percibe en ellos, sin embargo, el miedo a convertirse en una administración de triste, tristísima memoria.
Tan parecidos, los tres, que no pueden engañar.
Al Margen
Un análisis que el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) hizo en 209 compañías que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores revela que los espacios ocupados por las mujeres en puestos directivos y en consejos de administración van a la baja en este 2024 si se les compara con 2023. Hay, sin duda, un gran pendiente en el que no se puede retroceder.