¿Un motivo para sentir vergüenza como gobernante?, que 25 por ciento de los hogares de Puebla hayan estado en la transición de no pobre a pobre en el primer trimestre de 2024. El dato lo arroja el Semáforo de Movilidad Social que esta semana puso en línea el Centro de Estudios Espinosa Yglesias.
La responsabilidad de esa movilidad social, entendida como el cambio en la condición socioeconómica de las personas, es de quienes fueron gobernantes en ese periodo y aun de los que les antecedieron, sea en el ámbito municipal, estatal o federal. La movilidad social implica mejoras o retrocesos en riqueza, educación, ocupación, ingresos, salud.
Los datos no son mejores cuando uno se asoma a la persistencia de pobreza laboral, equivalente al porcentaje de hogares que permanecieron en ese grupo en comparación con el año anterior: 72.9 por ciento de los hogares de Puebla se encuentra en esa situación, no muy lejos ¿o sí? del estado de Chiapas donde es de 86.5 por ciento.
Aunque no es el ideal, sí es deseable acercarse a los niveles que tiene Colima, entidad donde se registró un alto porcentaje (74.6 por ciento) de hogares en el grupo con mayores ingresos a nivel nacional que se mantuvieron en esa posición entre 2023 y 2024, de acuerdo con el Semáforo de Movilidad Social.
La herramienta, más allá de los tiempos que tarda en procesar la información consultada, es útil para que las personas tengan acceso a información sobre la persistencia de la pobreza laboral en el país y en su entorno, en dónde se concentra o dónde hay un mayor incremento anual del ingreso laboral.
Explorándola es posible conocer que en Chiapas, por ejemplo, del total de hogares con los salarios más bajos del país, un año después 80.87 por ciento no ha superado esa condición; en Puebla, sin que mencionarlo sea tomado como consuelo, en ese grupo está 54.6 por ciento de los hogares.
Al Margen
Dice Enrique Glockner, titular saliente de la Secretaría de Cultura, que no hubo saqueos del acervo histórico cultural y que todo fue un error en el catálogo de piezas que se hizo en el gobierno de Miguel Barbosa Huerta. Vale, pero… ¿y si en los nueve días que faltan para que se vaya de la secretaría arma una presentación, manque sea en PowerPoint, y detalla cuáles son esos errores de catalogación y exhibe las piezas que supuestamente estaban perdidas? Vamos, las condiciones en que se encuentra el acervo cultural no pueden, ni deben ser, un acto de fe.