Jiddu Krishnamurti nació en la India el 12 de mayo de 1895 y desde muy joven fue considerado un líder espiritual, buscando en la espiritualidad y la mente un medio de mejora en la evolución de la humanidad.
Fue un gran orador y escritor, que enseñaba mediante cuestionamientos y explicaba la manera en que el ser humano podía tener una mejor vida.
Krishnamurti nos cuestiona de una manera muy directa...
¿Por qué no cambiamos?
Cambiar implica realizar renuncias, dejar de seguir los lineamientos de moda, que implican creencias, dogmas, modelos a seguir de lo que está bien aceptado.
La apariencia que se maneja actualmente confunde los valores correctos, buscando una imagen para ser aceptado en un mundo en el que impera el caos.
Si cada quién nos hacemos responsables de nuestros pensamientos y de nuestras acciones, dejaríamos de echar la culpa a los demás de nuestros errores.
Si cada quién pensaramos en buscar conexiones en lugar de buscar diferencias, las guerras no existirían.
Si cada quién nos quitamos los condicionamientos recibidos en nuestra familia, podríamos ser nosotros mismos...
Si cada quién tuviéramos el valor de enfrentar desde la empatía la programación del otro, comprenderemos que simplemente tenemos grados de evolución distintos.
Si cada quién buscamos complementarnos en lugar de diferenciarnos…
Si cada quién...
Más eso requiere de mucho amor propio y reconocer nuestras debilidades y fortalezas.
Aventarnos a un clavado interno de introspección, que muchas veces no queremos,...
En fin...
Podríamos evitar guerras…
Es más fácil evadir, que observar, analizar y sentir las situaciones que suceden a nivel global.
Necesitamos sentirnos parte de un todo, tomando conciencia que podemos realizar conexiones para crecer y mejorar…
Y esas conexiones se dan de manera increíble, al subir a un tren, utilizando las redes sociales, al buscar una dirección, es decir, de una forma aleatoria, de repente nos damos cuenta que al otro lado del mundo, existen personas afines a nosotros, con metas e intereses comunes y que en su búsqueda espiritual, nos encontramos con muchas personas, de diversas culturas y con un mismo fin…
Buscando y dando su tiempo, su conocimiento, creando conexiones basadas en el amor a la humanidad.
Sin importar las razas, religiones, creencias, la gente tiene el mismo deseo: Ser feliz…
Y ese deseo mueve a la voluntad para ejercer la acción y pensar en las cosas que realmente importan, la verdadera trascendencia de nuestras acciones que nos llevan a una mejor vida.
Cuando ayudamos de corazón al vecino, cuando nos sabemos parte de una comunidad, al buscar festejar las festividades que nos unen, dando importancia a los valores, la familia y la unión, es decir, incrementando la atención a las fortalezas y disminuir la atención a los errores y desaciertos…
De mi parte, solo me queda dar las gracias a aquellas personas que me han ayudado en mi proceso de vida, quienes me ayudaron a creer en mí, en esos momentos en que he enfrentado el buen combate.
Desde la humildad.