Cultura

No escucharás a José José con extraños

  • LUNES DE RAMOS
  • No escucharás a José José con extraños
  • Heriberto Ramos Hernández

Murió el Príncipe. En sábado, como grande, como extendiéndonos un generoso permiso nacional para que no flotara en el etílico duelo ese fantasma nocturno del “mañana tengo que trabajar”.

Se ha escrito tanto sobre José José. Aquí en mi biblioteca tengo las crónicas ochenteras de José Joaquín Blanco; el grueso volumen de La cultura mexicana en el siglo XX de Carlos Monsiváis; y una compilación titulada “Y sin embargo yo te amaba”, donde Fadanelli, De Mauleón, y Pérez Gay interpretan al Príncipe.

No estoy ahora para polémicas ociosas. Sí, es cierto que su tocayo José Alfredo juega en la liga Premier de la educación sentimental en México.

Pero José José tiene también con su nombre un amplísimo boulevard en esta ciudad beoda.

Y a diferencia del de Dolores Hidalgo, la borrachera musical del de Azcapotzalco no es porque “La vida no vale nada”, sino porque la vida vale algo.

Mucho. Tanto como la capacidad de amar y de solventar los chingadazos emocionales que, lo sabemos todos, trae consigo el amor, la mujer amada, el romance, el olvido, el regreso, la búsqueda de vivir en pareja.

A mi juicio escuchar a José José requiere cierto grado de madurez, tener un par de canas, (al aire o en su lugar, cada quien sabrá) para entender los párrafos de sus canciones. 

Es imposible que un adolescente que va en su primera novia pueda sentir en sus entrañas la frase “Hiciste que los días se hicieran noches, a veces era tu cuerpo, a veces era algo más”. 

Otro apunte muy importante dentro de esta Teoría General del Príncipe de la Canción: las borracheras con canciones de José José no son de antro, ni de bares de moda.

Pueden ser de dos formas dentro de la usanza tradicional:

Solitarias, “de buró”, enfermando el hígado para sanar el corazón. Solos, encadenados a una falda, presos de eso que llaman amor.

O con dos o tres personas muy cercanas. Hermanos, primos, y amigos de confianza que puedes invitar a tu casa, sin pretextos y sin formalismos previos, a tomarse un par de cubas libres, de ron sin poses, del baratote, de Bacardí blanco.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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