Negocios

El riesgo de más precariedad

  • Economía empática
  • El riesgo de más precariedad
  • Héctor Farina Ojeda

Cerca de la mitad de los trabajadores en América Latina se encuentran en la informalidad. Esto significa no solamente que uno de de cada dos trabajadores latinoamericanos no cuenta con un salario estable, contrato, prestaciones ni seguridad social, sino que el hecho de tener un empleo no es garantía de buenos ingresos ni de que el resultado será una mejoría en las condiciones socioeconómicas. Y no solamente hay que pensar en la informalidad sino fundamentalmente en la precariedad que desde hace décadas ha minado la calidad de los empleos y ha generado un incremento de la pobreza laboral, es decir de las personas que trabajan pero no ganan lo suficiente para cubrir los costos básicos de la vida.

Con la guerra comercial desatada por la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a una buena cantidad de países, el contexto internacional está tenso, enrarecido y marcado por la incertidumbre. En América Latina el pronóstico de crecimiento de 2.5 por ciento para este año que hizo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) hoy suena lejano y hasta utópico. Todavía no se sabe el impacto real que tendrá la guerra comercial, pero las certezas apuntan que habrá menores tasas de crecimiento, menor dinamismo económico y que las afectaciones serán más fuertes en países que tienen una mayor dependencia del mercado estadounidense, como México.

En este contexto, una de las grandes preocupaciones que debemos asumir es el riesgo de que se profundice la precariedad en el mercado de trabajo latinoamericano. Desde hace décadas los empleos han perdido su calidad en cuanto a salarios, prestaciones, seguridad, estabilidad y capacidad de proyección en el tiempo. Cada vez es más difícil encontrar empleos en los que se pague bien y se pueda construir una carrera en el mediano y largo plazo. La fugacidad, la inseguridad y los salarios cada vez menos efectivos frente a la inflación se han convertido en cotidianos en el mercado de trabajo, lo cual tiende a agudizarse en economías que crecen poco, que no distribuyen bien la riqueza y que no generan suficientes oportunidades.

Con la compleja situación comercial internacional, los países latinoamericanos deben mirar muy de cerca lo que pasa en el mercado de trabajo. Sabemos que hay una notable insuficiencia en la generación de empleos de calidad, pero ahora el riesgo va más allá: no se trata sólo de que no haya nuevas oportunidades laborales sino que se sigan deteriorando las condiciones de los puestos que ya existen.

Para enfrentar la incertidumbre de estos tiempos tenemos que cuidar la calidad de los empleos, su importancia, su valor social, su trascendencia para que las personas puedan mejorar sus condiciones de vida. La calidad de los empleos es demasiado importante como para dejarla a merced de aranceles, guerras comerciales, indicadores macroeconómicos u olvidos. Del trabajo digno dependen la movilidad social, la reducción de la pobreza y la desigualdad, pero fundamentalmente dependen millones de personas.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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