Del cielo al infierno, parece ser el destino que ha tenido Brock Purdy. En tan sólo dos semanas, se ha caído, sorpresivamente para muchos; sin embargo, sólo está pagando el precio de ocupar la posición más complicada del deporte profesional, que es ser quarterback de la NFL, algo que muy pocos pueden presumir de ser estelares.
Purdy inició su carrera profesional con 10 triunfos al hilo, y lo hizo con maestría, demostrando que tiene talento para jugar en la liga. Algo muy loable tomando en consideración que fue “Mr.Irrelevant”, es decir, el último jugador seleccionado del Draft de 2022, donde fue elegido en una séptima ronda, después de 261 jugadores antes que él.
Esta semana Purdy y los 49ers se van a enfrentar a los Cincinnati Bengals, un equipo que viene de menos a más y que suele tener una gran segunda mitad de temporada, lo cual le pudiera servir para alcanzar la postemporada en enero.
Lo que le ha pasado a Purdy es completamente normal en la liga, les ha ocurrido a todos los quarterbacks. Es simple y sencillamente que los equipos han estudiado videos y ahora los entrenadores contrarios le diseñan los partidos tomando en cuenta sus fortalezas y sus debilidades.
Muchos jugadores han brillado intensamente una campaña o unos partidos. Los New England Patriots son el más claro ejemplo de ello cuando, por x o por y circunstancia, Tom Brady no pudo jugar. Lo hicieron muchos jugadores que se veían como buenos y después demostraron que no tenían talento para ser titulares, y muchos de ellos ni suplentes; para muestra, un botón: Brian Hoyer, Jimmy Garoppolo, JacobyBrissett, Ryan Mallet, Matt Cassel.
Estos jugadores aparentaron ser mejores de lo que realmente eran cuando suplieron a Brady, incluso Cassel y Garoppolo firmaron contratos millonarios; sin embargo, no volvieron a brillar como lo aparentaron, o fueron potencialmente estelares como cuando jugaron para New England.
La NFL es una liga sedienta de jugadores estelares. Los analistas de la NFL ven jugar bien un par de semanas a un jugador y ya le buscan parecido con una gran leyenda, empiezan a hacer prospecciones que se quedan en el olvido, pero que emocionan a los aficionados y les hacen pensar que llego el nuevo Montana o el nuevo Brady.
Muy lejos estoy de decir que Purdy no brillará. Tiene talento, sin duda, y ha mostrado y logrado lo que muchos no hicieron en toda su carrera. Sin embargo, es prematuro pensar que puede llenar los zapatos que en su momento dejó Joe Montana, Young, incluso Jeff García.
Antes de la aparición de Tom Brady, para un servidor el mejor quarterback que me había tocado ver era Joe Montana, precisamente egresado de Notre Dame y que jugó para los San Francisco 49ers, y quien tiene algunas similitudes en el estilo de juego con Purdy, cuidando toda proporción.
Montana tampoco fue seleccionado en una primera o segunda ronda, sino hasta la tercera ronda en el draft de 1979. No era el jugador más alto ni el más fuerte, ni tampoco el que tenía el mejor brazo; lo que sí tenía era una inteligencia fuera de lo común y una frialdad impresionante, era capaz de jugar a su mejor nivel cuando los partidos y la situación erande lo más estresante.
Purdy ha mostrado que tiene el temple, que tiene el liderazgo para llevar a los 49ers de regreso a las grandes alturas. Imagínense que los 49ers le han visto tanto talento que dejaron ir a sus dos pasadores considerados para proyecto a largo plazo: Jimmy Garoppolo y Trey Lance, dos jugadores que ahora batallan en otros equipos.
Sigo pensando que los 49ers son el equipo más completo de la liga. Sigo pensando que tienen todo para levantar el Trofeo Lombardi. Purdy tiene fortaleza mental y un excelente entrenador con capacidad para hacerlo brillar en la liga, es sólo cuestionar de tenerle paciencia y darle confianza.
