A propósito de las recientes celebraciones de Halloween y Día de Muertos, te pregunto: ¿a ti qué te da más miedo? ¿La Llorona? ¿Los espíritus chocarreros? ¿O tener que tomar el transporte público? En el Estado de México, pagar tu pasaje de la combi o del camión equivale a pagar tu entrada a la casa del terror. Sabes en qué esquina te subes, pero nadie te garantiza en qué condiciones bajas. Y de acuerdo con la reciente actualización del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad (SESNSP), en lo que va del año en la entidad mexiquense se han reportado 5 mil 305 asaltos a pasajeros dentro de camiones y camionetas de transporte. De hecho El titular de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, Rodrigo Sigfrid Martínez-Celis Wogau, reconoció que son siete las rutas de transporte público consideradas de alto riesgo en asaltos violentos a pasajeros. Se ubican en Ecatepec, Coacalco, Tultitlán, Nicolás Romero, Tlalnepantla y Naucalpan. Sin embargo, eso no significa que otras zonas estén exentas, y seguramente tú has sido víctima o has sabido de alguien cercano que lo ha sido en otra ruta en un municipio diferente a los mencionados.
Estudios indican que las horas favoritas para cometer los atracos son las primeras de la mañana. Para ser más precisos, de las 5 a las 8 horas en días laborales es cuando se presenta el pico más alto de asaltos al transporte. Al parecer no siempre al que madruga Dios le ayuda y más bien el vivir lejos del centro de trabajo o querer llegar temprano es un factor de riesgo para ser víctima de un asalto en el transporte. Y a pesar de que se han incrementado los operativos de seguridad, pareciera que la historia de todos los días sigue siendo el reportar un nuevo asalto, cada vez más violento; y el temor ya no es solo el que te quiten el celular o la cartera, sino perder la vida.
¿Pero qué hacer al respecto? Por supuesto, en primer término debemos seguir exigiendo que la autoridad haga su trabajo, con operativos que no sean temporales; en donde se busque una solución de fondo. El problema no es menor y viene de mucho tiempo atrás, de décadas de omisiones y de ineficiencia. Las rutas las tienen bien identificadas, los horarios también. Solo falta el compromiso serio por acabar con esta historia de terror que viven día con día los usuarios del transporte público.
Y mientras eso ocurre, no nos queda más que evitar llevar cosas de valor, cargar el dinero exacto para el día y si es posible evitar comprar un celular caro, sobre todo si se suele viajar en transporte público de forma habitual. Y por supuesto, cuando te encuentres a bordo de una unidad que está siendo asaltada, no pongas resistencia, entrega tus pertenencias para que no te hagan daño, pues nada material vale más que la vida. O a ti ¿qué te dice el espejo?
Gina Serrano