Un amigo que no malquiere a Gil le mandó el cuadro de sueldos de los funcionarios del gobierno a partir del año de 2019 contenido en este documento “Documento Técnico: Análisis de los Lineamientos de Combate a la Corrupción y Aplicación de una Política de Austeridad en Materia de Recorte de Plazas, Reducción de Salarios, Cancelación de prestaciones y Aumento de la Jornada Laboral al Personal de Confianza”.
Imaginen la lectora, el lector y le lectere que le dicen esto: ganarás menos, trabajarás más, no tendrás algunas prestaciones de las que antes gozabas; todo esto, si has tenido la suerte de conservar tu empleo. Aigoeei. Le pondrán el nombre que los dirigentes de Morena consideren más adecuado y no por eso menos demagógico: “austeridad republicana, combate a la corrupción”, pero se trata de un desprecio al trabajo, de una amenaza a los trabajadores y sus familias. El mensaje es claro: hay ciudadanos útiles y ciudadanos inútiles.
La reducción salarial a la burocracia ha sido una salvajada. Vean si no: Presidente: 108 mil. Secretario de Estado: 106 mil. Subsecretario: 105 mil. Oficial Mayor: 100 mil. Jefe de Unidad: mínimo 84; máximo, 99 mil. Director general: mínimo 63; máximo: 80 mil. Director general adjunto: mínimo 45; máximo, 66 mil. Director de área: mínimo 26; máximo 40 mil. Subdirector de área: mínimo 15; máximo 25 mil. Jefe de departamento: mínimo, 10 mil; máximo, 15 mil. Enlace: mínimo 5 mil; máximo 9 mil.
Ahora bien sin mal: los que estén parados siéntense, lo que estén sentados párense: ¡estos sueldos son brutos! Gil imagina a Carlos Urzúa, próximo secretario de Hacienda, recibiendo su quincena de 50 mil pesos, menos los descuentos, utilizando además su propio coche y pagando su celular. ¿Estamos locos? Sí. O bien, Gerardo Esquivel, futuro subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, ¿le pagará a sus hijos la escuela, en el caso de que los tenga, con su quincena de 50 mil, menos impuestos? ¿Hay una relación entre la altísima responsabilidad que desempeñará Esquivel y su salario? ¿Lo hará por amor a la Patria morena? Gilga se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó: al Presidente electo le urge dinero para dar y repartir y, si no cobras impuestos, de algún lugar hay que sacarlo. ¿Va bien Gil o se regresa?
Mientras repasaba cargos y cifras, Gamés pensaba (ya empezaron las jactancias): hay algo peor que la burocracia: la ineptocracia. Ese sistema en el cual los burócratas ganan muy poco y además saben muy poco, resuelven muy poco. Una vida de estudio y de trabajo para culminar ganando 100 mil pesos. Ahorrar dinero, acumular, comprarse una casa es un pecado nefando. La estampida será espectacular. Gil se encuentra confundido: ¿habrá más dinero, pero habrá menos dinero? Gilga entiende poco, y lo que entiende no le gusta entenderlo. En fon.
A la ligera
Gil lo leyó con los ojos de plato en su periódico Reforma: el Presidente electo afirmó en Ocoyoacac que Rosario Robles es un chivo expiatorio y que las acusaciones sobre desvíos millonarios durante su estancia en la Sedesol son un circo: “Nosotros no vamos a perseguir a nadie, no vamos a hacer lo que se hacía [sic] anteriormente, de que había actos espectaculares de que se agarraba a uno, dos, tres, cuatro, cinco chivos expiatorios y luego seguían con la misma corrupción […]. A los de la mafia del poder y algunos medios de información les gusta mucho ofrecer circo a la gente”.
Usted lo sabe: el periódico Reforma publicó que la Auditoría Superior de la Federación encontró que 708 millones de pesos de la Sedesol y la Sedatu fueron transferidos en efectivo a empresas de papel durante el tiempo que Robles fue secretaria de Estado.
Entonces: a los burócratas, reducción salarial y más trabajo; a los indicios de que Rosario Robles encabezó desvíos millonarios, ni con el pétalo de la rosa morena. Algo anda mal. ¿Por qué no decir que hay que esperar a las investigaciones? Nada: solo circo de la mafia y unos medios de comunicación. ¡Mecachis en veinte!
Todo es muy raro, caracho, como diría Upton Sinclair: Es difícil hacer que un hombre entienda algo cuando su salario depende de que no lo entienda.
Gil s’en va
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