Si usted no lo sabía, ahora ya lo sabe: a partir del sábado próximo pasado (Gil siempre quiso escribir próximo pasado), la Marina tomará el control formal de las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el más importante del país. Esta nota que Gamés leyó en el portal de Forbes le trajo de sudores intransitivos (esos sudores son terribles): Gilga jamás pensó asistir a una militarización de esta envergadura (no empiecen), salvaje e irreversible.
El cambio en el control del AICM se dio como cumplimiento al acuerdo presidencial del 8 de agosto que estableció que se agrupaba el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, Servicios Aeroportuarios y el AICM al sector coordinado por la Secretaría de Marina. Este acuerdo establece la nueva estrategia de seguridad, por el que se ha dado el control a la Marina en puertos, aduanas, una aerolínea y construcciones consideradas como prioritarias, como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, obra emblema de López Obrador. O sea: aeropuertos, aduanas, una línea aérea, construcciones estratégicas, desde luego seguridad, ésa que dijo Liópez que no ocurriría porque regresaría al Ejército a los cuarteles.
Ancla, cuerda y timón
Gil pasó de los sudores a los temblores: en el nuevo logotipo del AICM se agregaron elementos representativos de la Marina como un ancla, la cual representa seguridad; una cuerda, que significa confianza; y un timón, que representa rumbo. ¡Madre de Dios! ¿Y qué rayos tienen que ver la cuerda, el ancla y el timón con los aviones?: na-da, o sí: señalar que la Secretaria de Marina está a cargo y que con ellos no hay tu tía, there is no “your aunt” here.
Lean este párrafo del boletín de la Secretaría de Marina: “Inicia la consolidación de una nueva etapa bajo la tutela de la Secretaría de Marina para traducir, en beneficio de las personas que utilizan el aeropuerto, los valores navales en seguridad, confianza y rumbo nuevo con transparencia y honestidad”.
La Marina recordó que, desde febrero de 2022, el gobierno desplegó a mil 500 de sus elementos en las instalaciones del aeropuerto internacional de la capital, en el marco de la Estrategia de Seguridad Aeroportuaria Integral. Luego, en julio del año pasado, el presidente Liópez Obrador decidió nombrar a un elemento naval en retiro como director general de la terminal aérea con el propósito de afianzar y fortalecer la estrategia de seguridad y ordenamiento del aeropuerto.
La Semar informó que la primera encomienda presidencial, en ese entonces, fue “mejorar el servicio y dar una sacudida al sistema de administración”. “Esto es: todas las facultades y responsabilidades a la Secretaría de Marina en el AICM”. Un grito desgarrador hizo añicos el silencio del amplísimo estudio: ay, mis hijos, se han metido a un túnel oscuro.
Cinismo criminal
Gil recordó la máxima de Mencken: un cínico es un hombre que en cuanto huele flores busca el ataúd alrededor. Así le ocurre a Lopéz-Gatell, quien en un ataque de audacia pretende ser el candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad de México por su partido, Morena, y basuras que lo acompañan.
Hugo López-Gatell, ex subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, afirmó que tiene su conciencia tranquila dado que él y el gobierno de México hicieron lo que pudieron para contener la pandemia de covid-19 entre 2019 y 2022. No pues pudieron muy poco, casi nada.
¿Ven al que huele flores?: él, que desalentó el uso del cubrebocas y mintió sistemáticamente sobre la cantidad de muertos por covid; él, que mintió sobre las vacunas; él, que dijo que había ventiladores suficientes y camas cuando las personas enfermas se encontraban tendidas en los pasillos de los hospitales a unos pasos de los cuerpos apilados en cuartos de hospital. Eso lo vimos precisamente en el noticiero de Gómez Leyva y en los reportajes de su magnífico equipo de reporteros.
En entrevista con Ciro Gómez Leyva en Por la mañana, el ex funcionario federal mostró de nuevo que es un cínico y un desvergonzado. Un día dijo que si las muertes por covid llegaran a 60 mil sería una catástrofe. La muerte se llevó a 785 mil, si se cuentan los fallecimientos excedentes, y él tan campante, quiere ser jefe de Gobierno. Gil se quiere matar.
Ciro, no me puedo ir. López-Gatell consideró que el exceso de muertes provocadas por el coronavirus, que se estima en 785 mil, también obedece a los hábitos alimenticios nocivos entre los mexicanos y que han tratado de revertir en los últimos cinco años del gobierno actual a través de campañas informativas. Se murieron por comer churrumáis y beber gaseosas. Muy bonito. Voten por él, no dejen.
Todo es muy raro, caracho, como diría José Zorrilla: “Los muertos se han de filtrar por la pared”.
Gil s’en va
