Cultura

Las nuevas personas

  • Semillas de conciencia
  • Las nuevas personas
  • Gabriel Rubio Badillo

Para la llamada “nueva realidad”, además de ocuparnos de la reactivación económica y social, sería importante pensar en la clase de seres humanos que pretendemos regresar a la rutina diaria: demasiadas personas murieron, como para ignorar el hecho de que necesitamos una transformación de fondo.

¿Qué estamos dispuestos a hacer con el maravilloso privilegio de seguir vivos? La vida nos dio una segunda oportunidad a los que ahora seguimos aquí. No sabemos por cuánto tiempo; pero sin duda, un signo de inteligencia y aprendizaje, será poder aprovecharlo.

Necesitamos convertirnos en nuevas personas, como un mínimo homenaje a los que partieron, como lo mínimo que podemos hacer, para agradecer a la vida el que podamos contar con ella.

Quizá ser ahora personas más amables y prudentes, con mayor facilidad para la sonrisa y el buenos días, con mayor conciencia del valor irremplazable que tiene la gente que amanece junto a nosotros todos los días, y comenzar a tratarlos de mejor manera.

Sería significativo que nuevos conductores tomáramos el volante: más pacientes y amables en los cruceros y semáforos. Con mayor conciencia del tiempo, para salir temprano de nuestros pendientes, y no desquitarnos con la gente porque llevamos prisa cuando salimos tarde.

Duramos mucho tiempo encerrados sin usar la calle y muchos servicios. ¿Y qué tal si ahora que volvamos, logramos mantenerlos limpios y bien cuidados, pensando que más gente va a utilizarlos? Nuevas personas, civilizadas y más pulcras. Que hubiera más corredores en los parques, dispuestos a mejorar sus estilos de vida y alimentación.

Sería maravilloso dedicarle más tiempo a los seres que amamos: la mayoría perdimos a alguien muy querido en este trance; la naturaleza nos dio una tremenda sacudida que nos recuerda que no somos eternos, y que nuestra estancia en esta tierra es frágil y pasajera.

Regresemos convertidos en seres humanos con mayor capacidad de valorar la dicha de tener una familia y tener amigos. Dejemos de perder el tiempo, valoremos lo bueno que aún nos queda: la prudencia, sería un signo maravilloso de que entendimos la lección.

Lo decía el gran Buda: “el peor error es creer que tienes tiempo”. _

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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