Me siento mejor cuando soy yo mismo. Cuando no aparento ser fuerte si me siento débil. Cuando soy capaz de reconocer mi enojo y desacuerdo sin forzar una sonrisa. Puedo ser fuerte y eso no me impide el sentirme frágil en ocasiones. No siempre debo ser yo el que consuela y apoya; merezco también contar con otros como un refugio. Está bien necesitar ayuda; no hay un premio en esta vida por aparentar ser de hierro.
Puedo estar en desacuerdo con la gente que amo en muchas cosas… y eso no me impide convivir con ellos en armonía.
Me sienta bien no mostrarme como alguien que tiene todo resuelto. Acepto mi fragilidad y en ello descubro la sensibilidad de estar vivo. No necesito tener todo bajo control. Ni plantearme metas extremistas para obligarme a ir más rápido.
He entendido la tarea de caerle bien a todo mundo como un imposible. Y como algo totalmente innecesario. Según el testimonio de muchos moribundos, el principal arrepentimiento estando tan cerca del final, es por haberse dedicado a tratar de cumplir las expectativas de los demás y descubrir, muy tarde, que en ello se les fue la vida. Nunca se puede lograr que todos estén de acuerdo con nosotros. Tomemos en cuenta que ni siquiera el Gran Maestro Jesús, a su paso por la tierra, ha podido lograr eso; la mayoría en su propio país no son Cristianos!!! Así que dejemos de perder el tiempo complaciendo a los otros. Además… la vida es tan corta y ni siquiera sabemos si estaremos aquí mañana; así que no tiene sentido gastar el tiempo haciendo encuestas de aprobación personal.
Tratar de ser algo distinto a lo que soy e intentar cambiar a los demás, constituyen las fugas de energía más absurdas que pudiera tener.
Carl Rogers con profunda razón lo dijo: "la mayoría de la gente que acude a terapia está buscando reencontrarse a si misma".
¿Cuándo fue la última vez que te diste permiso de ser tú mismo?¿De decir lo que piensas y sientes sin temor a causar rechazo o desacuerdo? De niños hacíamos eso; pero la vida empezó a arruinarse cuando elegimos la búsqueda de la aprobación de nuestros padres, y después de mucha gente,y se nos fue olvidando ser auténticos. ¿Y si te reencuentras y te recuerdas?
