Política

La nueva normalidad

  • Columna de Frank Lozano
  • La nueva normalidad
  • Frank Lozano

La pandemia de coronavirus, además de poner en jaque los sistemas de salud y la economía globales, está fungiendo como una suerte de jinete del apocalipsis que está reconfigurando el orden político y social.

La gran pregunta que todos nos hacemos es ¿cuándo llegará la normalidad y cómo será? Hoy no hay respuestas. La incertidumbre se apoderó de la cotidianidad y cada quién gestiona la realidad según su circunstancia.

Para los gobiernos de todos los niveles, volver a cierta normalidad implicará reinventarse y replantearse. Las premisas con las que arribaron, los diagnósticos que validaron sus planes, programas y estrategias, son parte del pasado.

La necesidad de cambiar las rutas no se presenta como una elección, sino como una obligación. Sin embargo, los ajustes tendrán que ser graduales, no así las prioridades, éstas provienen de la realidad y marcan dos prioridades, fortalecer el sistema de salud pública y reconstruir la economía.

¿Cómo deben ajustarse internamente la estructura de los gobiernos? ¿cómo deben replantearse los ingresos y el gasto? ¿qué tiene que aportar cada nivel de gobierno en la tarea qué viene? De cómo se interprete la realidad dependerá que los cambios y las rutas propuestas atiendan la emergencia.

La sociedad misma tendrá que reinventarse. La casa se convirtió en todo y en nada: en espacio de aprendizaje y en espacio lúdico; se convirtió en oficina y en cine; se transformó en parque o en centro espiritual; se habilitó para el ejercicio y en algunos casos, en una zona de guerra y violencia intrafamiliar.

Sin quererlo, la pandemia se convirtió en un examen de corresponsabilidad donde el que reprueba se contagia o contagia a otros. Ha hecho más visible la desigualdad entre los que tienen el privilegio de quedarse en casa y entre quienes no les queda de otra que aventurarse al exterior, con el riesgo de enfermar; pero también, ha dejado en claro que no solo somos parte del problema, sino también una pieza fundamental de la solución.

La pandemia puso un espejo entre nosotros y nuestros semejantes. El destino del vecino se volvió el reflejo de nuestro propio destino. Su miedo es nuestro, así como su angustia. Su esperanza es nuestra, así como su preocupación por los suyos.  El dueño de la tiendita, el propietario del restaurante, el empleado de una tienda de comercio, el auto empleado o el chofer de transporte son una extensión de nuestras familias. Lo que afecta a un miembro termina por afectar a todos, pero en la desgracia se crea el nosotros y el otro se hace visible y con él, la solidaridad, la creatividad y la invectiva para resolver juntos 

Junto con muchas de nuestras prácticas y hábitos, el futuro se ha desdibujado. Términos como el corto, mediano o largo plazo parecen encimarse en un presente eterno e inamovible donde la prioridad es mantenernos sanos y comer.

Pero como muchas cosas, esto pasará; mientras tanto, nos toca pensar e imaginar el mundo que vendrá. Ese mundo nos necesitará con claridad, con apertura, con innovación y una nueva sensibilidad. Independientemente de la trinchera donde nos toque aportar, la reconstrucción de Jalisco necesitará de todos. 



franklozanodelreal@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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