Política

El mundo después del Covid-19

  • Columna de Frank Lozano
  • El mundo después del Covid-19
  • Frank Lozano

El año nuevo trajo consigo al más nuevo integrante de la familia de los coronavirus. Pese a las advertencias y llamados de la Organización Mundial de la Salud, que posterior a la pandemia de influenza porcina y al Sars diseñó una ruta de vigilancia para que los estados la adoptaran, los llamados no fueron oídos.

Pocos años después estamos frente a una pandemia de pronóstico reservado que avanza viento en popa en Europa y comienza a manifestarse en todo su potencial en Estados Unidos de Norteamérica.

¿Cómo nos toma a los mexicanos? De entrada, nos toma a fuego cruzado entre quienes encienden las alarmas y entre quienes minimizan el hecho. La máxima voz nacional, es decir, el presidente López Obrador lleva semanas acumulando dislates y actuando a contracorriente de lo que dictan organismos internacionales y la propia Secretaría de Salud federal.

Ante la ambigüedad y el vacío de definiciones, algunos gobiernos locales han tomado el asunto en sus manos y se han adelantado a establecer acciones sanitarias, educativas, medidas de aislamiento social y en el caso de Jalisco, un programa económico diseñado para paliar los efectos nocivos que vendrán por la disminución de las actividades económicas durante los siguientes dos meses.

Lo cierto es que después de la pandemia, el mundo no será igual. El prolongado terremoto del coronavirus está cimbrando el orden político, económico y social en todo el orbe. Este desajuste, por demás inevitable, se vuelve un llamado para pesar y repensar las visiones y las banderas de quienes hoy tienen bajo su responsabilidad dirigir al gobierno federal y al local.

El México y el Jalisco en el que llegaron los proyectos políticos ganadores no existen más. Las condiciones económicas y sociales del 2018 forman parte de una referencia de algo que ya no existe.

El colapso económico por venir exige un replanteamiento del resto del sexenio. En el contexto actual no hay margen para visiones triunfalistas y tampoco para la terquedad. El país y el estado requerirán recursos multimillonarios para contener la debacle que se viene y en ese contexto, el presidente López Obrador tiene un pretexto inmejorable para dar un golpe de timón y cancelar la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el Aeropuerto de Santa Lucía.

Tan solo los 8 mil millones de dólares que se pretenden invertir en la refinería pueden fortalecer el sistema de salud nacional ante la crisis. Los 170 mil millones de pesos que costará el Tren Maya bien pudieran amortiguar la situación en la que de golpe estarán millones de personas que viven del comercio informal.

AMLO ya dijo que no destinarán recursos ni estímulos fiscales para ayudar a la gente, pero al mismo tiempo sigue empecinado en su obra faraónica. Ojalá por una sola vez se quite el disfraz de demagogo y se ponga el de estadista, millones de mexicanos se lo van a reconocer y agradecer. Esto implicará entender que el mundo cambió, que México está por cambiar y que una vez más la realidad nos ha alcanzado. 



franklozanodelreal@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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