En la más reciente Asamblea General, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, lanzó una nueva frase dilapidadora ante la indiferencia por el cambio climático: “la humanidad ha abierto las puertas del infierno”. De seguir las cosas así, la temperatura global aumentará en unos 2.3 grados centígrados desatando una serie de enfermedades, desplazamientos humanos, afectaciones a los cultivos y con esto el sistema económico global y una catástrofe para nuestras sociedades y las generaciones por venir.
No es la primera vez que afirma algo de esta magnitud, hace apenas un mes señaló que la época del calentamiento global había terminado y habíamos entrado en la ebullición global, llamando nuevamente a acciones urgentes para reducir la emisión de contaminantes y con esto, el efecto invernadero que está provocando el envenenamiento del planeta, todo con una gran responsabilidad de un modelo económico que se basa en la explotación infinita de recursos finitos en pos de una producción y consumo a niveles desquiciantes.
México y Jalisco no están exentos de esta crisis, incluso son parte sustancial de ella. Tomemos el caso de la sequía como un ejemplo: de acuerdo a fuentes oficiales este temporal se caracterizó por una disminución del 60% de lluvias respecto al año pasado poniendo en riesgo a miles de hectáreas y comprometiendo el territorio nacional, del que se estipula un 85% ya se encuentra en algunas condiciones de sequía, en nuestra entidad, 76 de 125 municipios se encuentran en sequía extrema de los que destacan como Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco de Zúñiga, Zapotlanejo, El Salto e Ixtlahuacán de los Membrillos e incluso La Barca, Chapala o Poncitlán que se encuentran al borde de la laguna más grande del país y que se encuentra al 50% de su capacidad.
La batalla por el agua dejará de ser un tema recurrente de la ciencia ficción para convertirse en un asunto de política pública y legislación. Ante la sed que viene en aumento se presenta también la disyuntiva por el aprovechamiento del recurso, una tercera parte del agua del AMG se desperdicia por la condición de las tuberías.
Otro ejemplo es la calidad del aire en la ciudad, mientras el gobierno estatal implementa el "Escuadrón Verde" para multar a los conductores que no han verificado seguimos sin una política integral de calidad del aire, con estaciones de monitoreo sin servir y sufriendo los efectos del aire que todos los días respiramos y que sigue siendo de una pésima calidad. De nuevo, el interés económico y recaudatorio en lugar del cuidado del medio ambiente y la salud de la población.
El cambio climático es real y el tiempo se agota, en alguna ocasión escuché que esta es la última generación que está en condiciones reales de hacer algo para reducir sus efectos y mantener nuestro nivel de vida con las condiciones actuales, que no son las más adecuadas.
Estamos en otoño y las temperaturas llegan a los treinta grados a la sombra y todavía vemos lejanos los efectos del cambio climático, las ondas de calor de meses pasados son muestras de que no estamos preparados para afrontar climas tan agobiantes y las proyecciones de fenómenos como “La Niña” nos dicen que 2024 será más agresivo aún, pasaríamos a un quinto año consecutivo de sequía extrema en el estado y no se ven acciones planteadas o incluso implementadas para atender el que puede ser el mayor problema de la humanidad en su búsqueda por su supervivencia.
Existe una fecha que conmemora la gravedad del asunto, cada 2 de agosto se hace un balance de la explotación de recursos que usamos, las tendencias actuales señalan que apenas el 12 de mayo ya habíamos consumido el 70% de todo lo que nuestro planeta puede producir en un año y que para el 28 de julio esa cifra alcanzaría el 100%, la explotación de recursos es tal que para cubrir la demanda actual necesitaríamos la totalidad de nuestro planeta y una séptima parte de otro.
Las declaraciones del secretario general de la ONU lejos de ser escandalosas o atractivas para los medios dan cuenta de una condición grave a nivel planetario en que la humanidad sigue su camino a una destrucción de todo aquello que necesita para sobrevivir, un arriesgado modelo de desarrollo y crecimiento económico que ha demostrado ser injusto y excluyente puede ser la amenaza a nuestra forma de vida, las puertas del infierno están abiertas y estamos a punto de hacer las cosas irreversibles, en que solo nos queden unos pocos momentos para acaso entender y vivir un proceso destructivo en que hasta la esperanza de que pudimos hacer algo se quede en el arrepentimiento que de nada sirve ante lo inevitable.