
“No hay viento favorable para quien no sabe hacia donde va”. Una joya de Séneca. Que le queda como anillo al dedo a Futuro como proyecto político. La apuesta independiente de Pedro Kumamoto y las candidaturas “Wikis” emocionaron como pocos proyectos en la historia de Jalisco. “Kuma” representaba la crítica al sistema, pero desde el reformismo. Cambiar lo que no funciona. Transformar la vida pública. Democratizar el Congreso, los cabildos y exigirle rendición de cuentas a los partidos. Por ello, Futuro se volvió un proyecto transversal: apelaba a ricos y a pobres; a conservadores y a liberales; a universitarios y a personas con bajo nivel educativo; a mujeres y a hombres. Un proyecto seductor que obtuvo 761 mil votos en 2018 -votación para el Senado. Uno de cada cinco jaliscienses cruzó el arbolito en la boleta electoral. Y uno de cada tres en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
2018 fue el año clave para Pedro Kumamoto. Perdió la elección al Senado. Por 300 mil votos ante el Frente -MC, PAN, PRD- y por 100 mil votos contra la alianza del Peje -Morena, PT y Verde. Una derrota dura. Kumamoto y su equipo reaccionaron adecuadamente: frente a la falta de estructura que les pasó factura, es necesario un partido político con financiamiento y estabilidad. Nació Futuro. Sin embargo, Futuro emergió como un proyecto de oposición a Movimiento Ciudadano. Una decisión estratégica que obedece más a los ánimos de revancha frente a lo que sucedió en 2018 (Kumamoto declaró que perdió a la mala por una campaña negra orquestada por MC) que a lo que le convenía al naciente Futuro. Y es que todos los datos electorales sólo hacen más que confirmar una realidad: Futuro y MC comparten electorado.
Este desvarío táctico llevó a Pedro Kumamoto a encabezar una campaña profundamente errada en Zapopan. Recordemos, un año antes de la elección, el exdiputado encabezaba todas las encuestas. El fenómeno Kuma era clave en la ciudad. Él mismo deshojó la margarita entre Guadalajara y Zapopan hasta el último día. Futuro, en Zapopan, perdió 30 puntos en un año según las encuestas de Mural. El error de Kumamoto fue creer que MC era su adversario. No entendieron, los encargados de tomar decisiones en Futuro, que el votante de Kumamoto es profundamente anti-Morena. En 2018, 69% de los seccionales que ganó el arbolito fueron en demarcaciones donde barrió el hoy voto opositor. A Kumamoto le ganó su odio a MC y cometió un error táctico que lo dejó a 160 mil votos de Juan José Frangie.
Y qué decir en Guadalajara, Futuro propuso a una candidata -Dolores Pérez- que obtuvo 2.5% del voto con una campaña más crítica de Kumamoto que del alcalde saliente. Imagine usted: en 2018, lo que es hoy Futuro, obtuvo el triple de votos en un solo distrito (el ocho). Un fiasco.
Estos datos parecen no tener acuse de recibo en Futuro. Primero porque siguen pensando que su electorado premia la polarización con Movimiento Ciudadano. No hay ningún dato que avale esa tesis. A Hagamos tampoco le ha representado nada. Por el contrario, las encuestas lo que nos indican es que la estrategia de Pedro Kumamoto sólo está arrojando una intención de voto estatal que se mueve entre el 4 y el 6%. Futuro pasó de ser un trasatlántico a una lanchita que se da con obtener el registro.
El partido que coordina Susana de la Rosa en el Congreso comenzó una campaña contra la verificación vehicular. Jugando, claramente, en la cancha de Morena. Pregunta al lector: si Futuro y Morena proponen básicamente las mismas recetas, ¿por quién optará el votante? ¿Por un partido minoritario o por un partido que puede ejercer un contrapeso más eficaz en el Congreso? Y otra pregunta: ¿Qué hará el votante anti-Morena, todavía mayoritario en Futuro? Seguramente abandonará Futuro como lo hizo en Zapopan en 2021. Me cuesta entender qué busca Futuro con su campaña contra la verificación o su apuesta por capitalizar la tragedia de los desaparecidos -y todo indica asesinados- trabajadores de un centro de venta de tiempos compartidos. Y, peor, irse a la Ciudad de México a capitalizar su oposición a MC. No creo que un solo elector de Futuro entienda la estrategia del partido.
Me duele decirlo, pero Futuro se perredizó. Recordemos al PRD Jalisco: abanderaba todos los temas en la opinión pública, pero después no obtenía un solo voto. Dejó de hablarle a las clases medias y encabezar las causas de regeneración democrática. Sin voto no hay dinero es una muestra. Futuro, a pesar de promover la iniciativa, terminó aceptando 30 millones de pesos de subsidio estatal. En la ley anterior, prácticamente lo mismo que recibía Movimiento Ciudadano o Morena. Un partido que se abalanza a la agenda liberal, pero que es incapaz de ofrecerse como opción de Gobierno. Un partido de nicho que renunció a la transversalidad que los llevó a obtener cientos de miles de votos. En fin, Futuro entiende que la crisis de los desaparecidos es rentable políticamente y que Movimiento Ciudadano es su adversario en la plaza. El problema es que otra vez, como en 2021, parecen desconocer al electorado que dicen representar.